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Tribuna

Corina Cretu

Comisaria Europea de Política Regional

26-M: podemos modelar nuestro futuro

La UE es una estructura política única, sin parangón en el mundo, un santuario de paz y dignidad, que nos ofrece la protección más resistente frente a la discordia

26-M: podemos modelar nuestro futuro 26-M: podemos modelar nuestro futuro

26-M: podemos modelar nuestro futuro / rosell

Y qué es, en concreto, lo que hace Europa por nosotros? ¿Por qué el 26 de mayo es una cita importante?". Esto es, en esencia, lo que me preguntaron mis sobrinas hace poco, cuando hablábamos sobre las próximas elecciones europeas. Ese tipo de preguntas desvela una tendencia que está enraizándose: da la sensación de que Europa es cada vez menos visible para su propia población, y sus valiosos logros se dan por supuestos.

En el transcurso de los últimos cinco años, en mi calidad de comisaria de Política Regional, he visitado cientos de regiones de toda la Unión. He sido testigo del ansia de los ciudadanos por modelar su futuro, y la gente me ha transmitido sus expectativas y sus preocupaciones. La Comisión Juncker, de la que tengo el honor de formar parte, ha trabajado sin tregua para recuperar el crecimiento y el empleo tras años de crisis económica y financiera. Y juntos hemos obtenido resultados: desde el inicio de la Comisión Juncker, se han creado 12,6 millones de puestos de trabajo. La inversión está repuntando, Europa ha entrado en su séptimo año consecutivo de crecimiento económico y el desempleo a escala de la UE se encuentra en su punto más bajo desde principios del siglo.

Por supuesto, todavía quedan muchas cuestiones por resolver, entre ellas las persistentes desigualdades entre nuestros estados miembros y dentro de ellos. Pero solo podemos solucionarlas si trabajamos juntos, como una Unión. Simplemente imaginad lo que pasaría sin Europa. En los años posteriores a la crisis financiera de 2008, la inversión pública experimentó un peligroso punto muerto en varios estados miembros. Se movilizaron fondos europeos para apuntalar las economías nacionales, lo que en algunos casos representó hasta el 75% de la inversión pública total. Sin la intervención de la Unión Europea, sin la solidaridad europea, ¿estaríamos mejor ahora? Por supuesto que no.

Los últimos cinco años también me han brindado la oportunidad de ver con mis propios ojos la influencia tangible de esta solidaridad. La Unión Europea ha financiado inversiones cruciales en hospitales, investigación, seguridad energética, acción por el clima, patrimonio cultural, universidades, escuelas o transporte, así como en zonas rurales, ciudades, regiones transfronterizas o islas remotas. La solidaridad europea ha confeccionado el tejido social, económico y cultural que nos mantiene unidos. Ha ayudado a las regiones de Europa central, oriental y meridional a recuperar su retraso. Ha movilizado a los ministros, los gobernadores regionales, los alcaldes y la sociedad civil, y todos ellos han trabajado duro para lograr una Europa más justa y más sostenible.

Su entrega refleja lo que hemos hecho juntos durante los últimos sesenta años: combinar nuestras fuerzas para apoyarnos mutuamente. Esta impresionante unión nos ha ayudado a encontrar la paz, consolidar nuestras economías y reforzar nuestro papel en la escena mundial. Es una unión asombrosa que nos ha permitido viajar sin barreras, estudiar y trabajar lejos de casa, y volver más ilustrados y con una mente más abierta. Una unión maravillosa que nos ha permitido encontrar la amistad y el amor al otro lado de la frontera. Por eso debemos luchar por conservar nuestra unidad.

Hace treinta años, la caída del Muro de Berlín presagiaba, presuntamente, el final de la Historia y de todos sus grandes relatos. Pero cuando veo los populismos propagándose por todo el espectro político, plantando la semilla de la división y socavando como nunca los valores y los principios comunes construidos con paciencia y con cuidado durante varias décadas, sé que la Historia no ha llegado a su fin. Y nosotros, los ciudadanos de Europa, tenemos la facultad de influir en el curso de la Historia. El próximo 26 de mayo los ciudadanos pueden modelar el futuro de nuestra unión y elegir el rumbo de nuestras vidas. La Unión Europea es una estructura política única, sin parangón en el mundo, un santuario de paz y dignidad, que nos ofrece la protección más resistente frente a la discordia. Esto en concreto es, queridas sobrinas, lo que Europa hace por nosotros. Y por eso el 26 de mayo es el momento de elegir vuestro futuro.

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