Éramos pocos y parió la abuela. O nunca viene una tragedia sola. Y viene esto a cuento porque, angustiados y cercados por el coronavirus, viene ahora otro, el virus del Nilo, a sumarse a la tragedia. Han muerto ya dos personas en Vejer por el citado virus, que lo transmiten los mosquitos. El mosquito es el enemigo a batir. No hay otro remedio. Y tenemos que saberlo y actuar de inmediato.

Fumigar los arrozales a su debido tiempo. Fumigar los setos donde anidan. Usar mosquiteras, persianas y ventanas sobre todo al caer la tarde. Eliminar los charcos, sobre todo en el campo cuando hay sumideros de las llamadas fosas sépticas. Tapar los aljibes en las casas o echarles un litro de aceite comestible a fin de que los mosquitos en el agua parada no aniden. Usar repelentes en vez de colonias aromáticas que atraen a los mendas. Cubrir brazos y piernas y hasta el coco, que los mosquitos no respetan ni las canas.

Toda generación sufre una guerra o una epidemia. A nosotros nos ha tocado esta pandemia (epidemia mundial) de los virus. A nuestros abuelos fue la gripe del 19 que mató a centenares. Luego vino el paludismo que afectó a mucha gente y que también se transmitía con los mosquitos. Que sólo hacen picar a un afectado y luego lo lleva a otro sano.

Los enemigos de la raza humana son en primer lugar los propios hombres, que por varias razones luchan, guerrean y se matan. Para evitarlo las naciones han creado armamentos de todo tipo, desde el arco y la flecha y la catapulta hasta pistolas, fusiles, cañones, aviones, barcos y sobre todo armas nucleares, capaces de arrasar ciudades enteras. Pero todo este arsenal no sirve de nada contra los virus, capaces de matar millones de personas en un determinado tiempo. Y un virus es cien veces más pequeño que una bacteria, y ésta viene a medir sobre un micrómetro, es decir, pequeñísimo, invisible, solo al microscopio electrónico. Es asombroso que un ser tan mierda pueda con toda la humanidad. De nada vale pues el Ministerio de Defensa y las fuerzas militares para protegernos. Sólo la Medicina y la investigación científica. Y sobre todo ¡ojo! con nuestras precauciones.

P/D El mosquito no mira a quién, sino que necesita tu sangre para su propia vida. No conviene hacerse el sordo. Que el asunto es tan grave que mañana cualquiera puede terminar en el patio de las malvas.