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Tribuna

Tomás navarro

Periodista y arabista

El atasco kurdo

Usados en la geopolítica del caos y tirados por el advenimiento de un reordenamiento regional, el atasco kurdo vuelve a donde comenzó, o sea, a la nada

El atasco kurdo El atasco kurdo

El atasco kurdo / rosell

Entre los kurdos y los saharauis hay similitudes: ambos fueron abandonados por sus protectores. En el caso del Kurdistán, dividido entre Turquía (capital en Diyarbakir), el norte de Siria e Iraq y el oeste de Irán, carece de cualquier unidad política. Lo que separa a los kurdos unos de otros es la lengua (diferentes según qué demarcación) y, sobre todo, las diferencias políticas. Por ser el "Kurdistán" un territorio mayoritariamente incluido en Turquía, es este país el que más los combate por la negativa de Ankara a reconocerlos como una singularidad política. Para comprender mejor la lucha de los kurdos bajo dominación turca, con sólo la mitad de cualquier estatuto de autonomía de nacionalidad histórica española, los kurdos tirarían cohetes de alegría, pero por ahora los cohetes que tiran y les caen son bélicos, matan inocentes y su lucha -tras la sorprendente retirada norteamericana de suelo sirio-kurdo calificada por ellos de "traición" a su causa- retorna al imposible como en el caso saharaui.

Para aproximarse a la nueva realidad de influencias en el Medio Oriente hay que partir de las continuas derrotas de EEUU y sus alianzas israelí y saudí en su intención de forzar el denominado "Gran Oriente Próximo", cuya finalidad era derrotar a Irán en la esfera militar, asfixiar y hundir al régimen sirio y neutralizar por la fuerza al movimiento de resistencia islámica libanés del Hezbolá.

Pero Irán sobrevive, Siria sale victoriosa derrotando al terrorismo yihadista y Hezbolá sigue siendo un agente activo. La entrada de la Federación Rusa en una región de la que estaba ausente desde la Administración de los presidentes norteamericanos Bush padre y luego Bush hijo, vino dada por los cambios del presidente Obama que prefirió "acuerdos de pacificación con Irán en el pacto nuclear" y posteriormente por el auge masivo del yihadismo terrorista que hipotecaba y desgastaba a EEUU. La arribada del magnate-presidente Donald Trump cambió el curso de esta geopolítica "del caos" y en un entendimiento no reconocido por su Administración con Moscú, ha ido desinflando la presencia militar en el conflicto sirio y pese a señalar a Irán como la "principal amenaza en la región", lo cierto es que la debilidad saudí en Yemen (que ya la tuvo en Iraq y Siria en torno al Daesh) y un Israel con Netanyahu que igualmente ha perdido sus peones en estos países, anunciaba que el apoyo ingente de armamento a los grupos kurdos antiturcos, antisirios y antiiraquíes, iba a cesar por parte de Washington que en palabras de Trump: "No tenemos porqué estar en una guerra interminable".

Este hueco dejado por EEUU al retirar bases y tropas norteamericanas "estancadas" ilegalmente en suelo sirio e iraquí, apoyando al Kurdistán imaginario que se comprometió a reconocer, ha sido ocupado por Turquía que con una pata en la OTAN y otra en su aérea asiática, se lanzó Erdogan a reordenar militarmente su esfera de influencia buscando ante todo destruir a los grupos kurdos que, según Ankara, "amenazan su seguridad nacional y territorial". Pero esta ofensiva ha sido de alguna manera pactada con la potencia rusa que, desde Siria, impulsa ponerle fin de una vez al conflicto sirio que ahora es parte de su esfera de influencia en el área.

Todo apunta a una entente entre Washington, Rusia y Turquía, que, tras la renuncia norteamericana a su sueño del Gran Oriente Próximo, ahora sólo tiene buenas palabras para Israel y Arabia Saudí, al mismo tiempo que centra en estos dos aliados regionales principales su esfera de influencia…, dejando a los grupos kurdos al pairo de unos intereses pasados donde los encumbraron como punta de lanza. Usados en la geopolítica del caos y tirados por el advenimiento de un reordenamiento regional, propiciado por la presencia rusa en el eje Beirut Sur-Damasco y Teherán, el atasco kurdo vuelve a donde comenzó, o sea a la nada, porque tanto para Turquía como EEUU y Rusia, el "Kurdistán" resulta un imposible, tanto como para España y Marruecos encumbrar un Sahara Occidental libre y soberano. Las mutaciones en el juego de poderes por ahora seguirán ignorándolos como pueblos con derecho a un Estado propio. Por ahora.

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