Tribuna

José Luis García Ruiz

Catedrático de Derecho Constitucional

Kichi miente o es un ignorante

Leo en el Diario la entrevista al alcalde, José María González, conocido como Kichi. De la abundante materia sobre la que cabría comentar quiero entrar en una de ellas sobre la que de forma reiterada se intenta crear una supuesta nueva verdad histórica tergiversando absolutamente los hechos. Me refiero a la frase que entrecomillo: “El régimen del 78 fue un cierre en falso(…). Aprobar la ley de Amnistía en el 76 y decirle a los asesinos y a los políticos franquistas bienvenidos a la nueva España sin que se depuren responsabilidades es un cierre en falso”.

Como existen los diarios de sesiones de las Cortes, las hemerotecas y todavía somos muchos los testigos resultan irrefutables los siguientes hechos:

1.- La ley no es del 76 como erróneamente dice el señor González, sino que es de 15 de octubre de 1977. El error no es baladí ya que de ser aprobada en el 76 lo sería por las últimas Cortes franquistas pero en el 77 su aprobación corrió a cargo de las primeras Cortes democráticas, las mismas que, por cierto, hicieron la Constitución.

2.- La ley de Amnistía fue consecuencia del clamor de las izquierdas que consideraban insuficiente un previo Decreto de Amnistia, este sí de 1976 hecho por el presidente Suárez; y ese clamor pretendía dejar sin efecto cualquier medida jurídica todavía vigente frente a los opositores del franquismo y tuvo un efecto tan contundente que incluso fueron amnistiados asesinos de ETA con sentencia firme.

3.- Todas las manifestaciones y actos públicos de la oposición democrática en aquellas fechas previas a la ley tuvieron lugar bajo el tan recordado lema de “Libertad, Autonomía y Estatuto de Autonomía”.

4.- La ley se aprobó y defendió por todos los grupos políticos, excepto por los entonces más conspicuos defensores del franquismo, es decir Alianza Popular, que se abstuvieron. El resultado de la votación: 296 votos afirmativos, 2 en contras, 18 abstenciones y 1 voto nulo.

5.- En defensa de la ley, el portavoz del Partido Comunista, Marcelino Camacho se expresó literalmente así: “(...) la primera propuesta presentada en esta Cámara ha sido precisamente hecha por la Minoría Parlamentaria del Partido Comunista y del PSUC el 14 de julio y orientada precisamente a esta amnistía. Y no fue un fenómeno de la casualidad, señoras y señores diputados, es el resultado de una política coherente y consecuente que comienza con la política de reconciliación nacional de nuestro Partido (...). Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los unos a los otros, si no borrábamos ese pasado de una vez para siempre?”

No encuentro palabras más elocuentes para adverar que la ley de Amnistía no fue, en modo alguno, un autoperdón que se dieron los franquistas a sí mismos. Obviamente una ley de Amnistía referida en su aspecto más capital a cualquier hecho delictivo resultante de una intencionalidad política, incluyendo resultado de muerte, no podía pretender ser aplicable para unos hechos delictivos y no serlo para otros según fuese la filiación política de sus causantes. Pero ahora, al parecer, 82 años después del final de la Guerra Civil y casi medio siglo después de que Franco y su régimen se extinguiera, hay quienes una y otra vez tergiversan los hechos, este de la Amnistía y muchos otros, pretendiendo tal vez absurdamente ganar lo que perdieron.

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