Tribuna

José Ruiz Navarro

Catedrático Emérito de Organización de Empresas de la Universidad de Cádiz

Impacto de la pandemia y plan de acción económica

La pandemia ha tenido un menor impacto sanitario en la provincia de Cádiz que en otras zonas de España. Por el contrario su impacto económico es devastador y está relacionado con la escasa diversificación de su tejido productivo y el escaso tamaño y competitividad de sus empresas. Si en España la crisis económica será la peor que vamos a sufrir en nuestra historia reciente, en Cádiz vamos a ostentar el triste record de liderar territorialmente sus efectos negativos.

La estructura económica de las regiones va a condicionar las posibilidades de recuperación. Cádiz, con más del 45% en servicios de bajo valor añadido, con menos del 14% de actividad en el sector industrial, con empresas descapitalizadas y liliputienses la gran mayoría de ellas y la confianza empresarial cayendo más de un 35%, lleva muy malas cartas frente a otras regiones. Los indicadores de marzo y los disponibles en este mes de abril son muy preocupantes. La caída desigual de la producción y del empleo rompen territorialmente el país y dejan a Cádiz en la peor de las situaciones. Coge a la provincia con una mala calidad de empleo, con más de 8 puntos por encima de la media nacional de contratos temporales. Lo que se tradujo en marzo en la caída mayor de toda España en afiliaciones a la seguridad social, más de un 8%. Su debilidad empresarial se reflejó en que Cádiz, junto con Jaén, Córdoba y Granada, perdió más del 10% de sus empresas. Todo esto se está traduciendo en una brutal caída de la renta provincial.

Pero la situación relativa se agrava si analizamos, además de las rentas de las empresas y del trabajo, las que provienen de las pensiones. Cádiz saldrá perjudicada dada la menor cuantía de sus pensiones y su mayor impacto en el PIB, casi dos puntos por encima de la media nacional. La caída de la demanda externa provocada por la caída del turismo tendrá un colchón menos confortable que el de otras regiones más ricas para mantener el consumo interno que en las regiones costeras ha caído un 70%. Es difícil hacer previsiones de cómo evolucionará el impacto del Covid-19 en la economía pero es evidente que Cádiz está sujeta a una gran vulnerabilidad que puede suponer un grave aumento de las desigualdades territoriales y sociales si no hay un trato similar al que España está solicitando de Europa para compensar el desequilibrio territorial. El necesario pacto económico y social por la reconstrucción de España pasa por el imprescindible pacto de equilibrio territorial, la salida de la crisis requiere unir nuestras fuerzas. La necesidad de un nuevo contrato social que haga frente a la desigualdad debe contemplar la difícil situación del sur y plantear medidas urgentes que contengan la destrucción de su tejido productivo. Al riesgo de un repunte de la pandemia, al que estarían más expuestos los territorios sin inmunidad de grupos por el bajo impacto alcanzado, hay que sumar que estamos expuestos a una quiebra social sin precedentes que entre todos deberíamos evitar. Argumentar y defender la necesidad de un plan de acción económica especial para Cádiz es una obligación de los agentes sociales, ayuntamientos, asociaciones, colegios profesionales, medios de comunicación y en general de la ciudadanía ante la emergencia que vivimos.

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