El puerto, en un punto crítico

El progresivo desvío de barcos hacia muelles foráneos ocasionará unos perjucios muy graves a largo plazo

Ayer tuvo lugar la primera jornada de huelga de la estiba con un seguimiento prácticamente total, tanto en los puertos de Algeciras y Cádiz como en los del resto de España. Los paros convocados en horas alternas representan una demostración de fuerza por parte de los trabajadores frente a la posición de la patronal, que ha pedido más tiempo para analizar con detalle qué contratos laborales puede subrogar una vez disueltas por decreto las sociedades anónimas de gestión de los trabajadores portuarios (sagep) y el monopolio que han venido ejerciendo en los muelles. Debemos felicitarnos porque la jornada se desarrolló sin incidentes y con un cumplimiento estricto de los servicios mínimos, sin que se registrase una reducción de la productividad durante las horas efectivas de trabajo, pero una huelga nunca puede ser motivo de satisfacción porque es indicativa de que falla el diálogo entre las partes implicadas. En esta partida de ajedrez que se viene celebrando desde finales del año pasado, desde que la UE advirtió a España de que debía adaptar su legislación a las directivas comunitarias, ha llegado el momento de que cada parte mueva sus fichas con agilidad en beneficio de todos. Patronal y sindicatos deben volver de inmediato a la mesa de negociación y cerrar un compromiso que hace dos semanas quedó al alcance de la mano con un alentador preacuerdo.

El progresivo desvío de barcos hacia puertos foráneos, ajenos a este contexto de inestabilidad, ocasionará unos perjuicios muy graves, mucho más allá incluso de las multimillonarias pérdidas generadas por la huelga. Todos los expertos coinciden en destacar que las navieras buscan ante todo garantizar la operatividad de sus portes en el menor tiempo posible. Y cuando un puerto entra en una situación de colapso, como ocurre en este caso por los paros, simplemente migran y lo abandonan. Pese a haber cerrado 2016 con grandes perspectivas y con récord de mercancías movidas, el puerto de Algeciras se encuentra en estos momentos en un punto crítico. Como bien advertía ayer en estas páginas el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), Manuel Morón, los ocho días de huelga convocados "harán saltar por los aires, hecho añicos" a nuestro puerto.

En cuanto al Gobierno, debería reconsiderar su posición de mero espectador en un conflicto que pone en juego la economía del país, teniendo en cuenta todo lo dicho y que el 70% de las exportaciones y el 80% de las importaciones españolas se efectúan por vía marítima. La crisis, además, partió de la aprobación sin el consenso con los agentes sociales del decreto-ley por el que se regulan las labores de estiba.

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