Como se esperaba, el Parlamento de Andalucía aprobó ayer los Presupuestos de la Junta de 2021, que, con un gasto superior a los 40.000 millones de euros, son los más cuantiosos de la historia de la autonomía. Con sólo la oposición de PSOE y Adelante Andalucía, las cuentas contaron con el apoyo de los tres partidos que sostienen al actual Ejecutivo de Juanma Moreno, PP, Ciudadanos y Vox, lo que deja claro una vez más que la coalición formada para descabalgar a los socialistas del poder en la región, tras casi cuarenta años, goza de una excelente salud, pese a las escenificaciones de Vox tras el fallido intento de moción de censura a Pedro Sánchez o los flirteos de Cs con los socialistas tanto en el Parlamento nacional como en ciudades como Sevilla. Todos son conscientes de que hundir al actual Gobierno andaluz -que ya tiene asegurado el agotamiento de la legislatura, si así le conviene a los populares- supondría probablemente su hundimiento electoral. Los nuevos Presupuestos tienen un crecimiento del 3,7% sobre las cuentas anteriores, alcanza la cifra de 40.188 millones de euros, y suponen los terceros del Gobierno de Juanma Moreno y los sextos que respalda Ciudadanos. No está mal el dato. Sin embargo, no deja de sorprender la línea continuista de estas cuentas, que bien podrían ser firmadas por cualquier socialdemócrata. Hay un importante aumento en el gasto sanitario y social, anunciado incluso antes de que el coronavirus irrumpiese en nuestras vidas. Sin una clara ideología liberalconservadora, estos Presupuestos también son continuistas en la gestión. Poco queda ya de aquel zafarrancho de limpieza de órganos inútiles o redundantes que tanto prometieron los populares. Órganos de dudosa utilidad, como el Consejo Consultivo o el Consejo Audiovisual, siguen gozando de buena salud. También problemas endémicos de la autonomía, como Canal Sur, donde se siguen enterrando millones de euros. Ni siquiera se han tocado temas como la Memoria Democrática, claramente manipulada ideológicamente por los adversarios del Ejecutivo. Más que de Gobierno del cambio, se puede hablar de Gobierno de la continuidad.