PESE a que el pulso que vive el PP en Madrid tuvo su reflejo en el congreso en Andalucía, el presidente del partido y de la Junta, Juanma Moreno, ha logrado este fin de semana en Granada zafarse dentro de lo posible del hiperpersonalismo que representa la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para centrar al partido en la Comunidad en el proyecto que defiende para convertirse en primera fuerza electoral y mantener la Presidencia del Gobierno de la Autonomía. Moreno logró el mayor respaldo que ha tenido nunca de las bases para desarrollar su modelo de un PP andaluz centrado, de formas moderadas y de corte andalucista, que aspire a una amplia base social -incluso atrayendo electorado de centro-izquierda- y se articule como opción mayoritaria de los andaluces. No es sólo para ser la alternativa a una oposición de partidos de izquierda, que han gobernado la Comunidad en todas las legislaturas anteriores a la actual desde 1982. Asimismo, defiende ese modelo como contraposición a posturas más extremistas también del centro hacia la derecha, como es el caso de Vox, partido que pretende abandonar su rol presente de apoyo parlamentario al Gobierno de coalición de PP y Cs para intentar integrarse en el Ejecutivo. Como durante decenios lo fue el PSOE, Moreno aspira a que su "nuevo PP" sea el partido de los andaluces. Optar por una política centrada y de moderación, que vele por los intereses de Andalucía es su plan, que consideramos un acierto frente a otras posturas dentro del propio PP que tienden a extremarse. Distanciarse además de las crisis de liderazgo que a menudo viven los partidos cuando están en la oposición, como ocurre al suyo en la esfera nacional, es también inteligente, de cara al desafío de unas próximas elecciones andaluzas, cuya convocatoria dependerá de los acontecimientos de los próximos meses, pero que el propio Moreno advirtió que no será inmediata.