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La calidad del aire en Andalucía

Los dos años de parálisis de la actividad económica y los movimientos por el Covid han distorsionado la realidad. Pero el escenario era sólo un espejismo

Las alteraciones en la calidad del aire que respiran los andaluces son muy diversas y dependen de la zona en donde se reside. Desde el exceso de ozono que afecta a la vegetación en las áreas rurales al dióxido de nitrógeno y el monóxido de carbono, asociados al alto nivel de tráfico que se registra en principales aglomeraciones urbanas de la comunidad. Pero también las diferentes partículas en suspensión, como las aportadas por los vientos desde el continente africano, con ese episodio de supercalima que se registró entre el 17 y el 27 de marzo. O el dióxido de azufre que se desprende en las áreas industriales de la región. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta dispone de una extensa red de vigilancia, con más de un centenar de centros que controlan las emisiones contaminantes que acaban en la atmósfera. El propósito de la acumulación de estos datos, más allá de la elaboración de informes mensuales, es propiciar que las administraciones concernidas dicten planes de mejora de la calidad del aire. Los últimos 13 aprobados datan de 2013. Aunque en 2020, el Gobierno andaluz dio luz verde a una Estrategia Andaluza de Calidad del Aire, la pandemia redujo la movilidad y la actividad económica y convirtió en un espejismo una realidad que vuelve a demandar atención. Un informe del grupo Ecologistas en Acción tacha de "insalubre" el aire que respiraron los andaluces en 2021. El director de la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Málaga acaba de asegurar que sólo en la provincia de Málaga se podrían evitar 500 fallecimientos prematuros al año, causados por afecciones respiratorias por la contaminación. Su receta urgente es bien sencilla: respetar los porcentajes de zonas verdes en las ciudades que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay muertes que se cuentan una vez al año. Pero se generan día a día, cuando los ciudadanos respiran unas 15 veces por minuto. Y eso es lo único que no se puede suprimir.

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