Un alivio para el campo español y andaluz

La suspensión por cinco años de los aranceles adicionales al aceite de oliva embotellado y la aceituna verde en EEUU sólo puede ser recibida con esperanza

El campo y la industria alimentaria andaluza recibieron ayer con alivio la suspensión por cinco años de los aranceles que gravaban con una tasa adicional la entrada de varios productos agroalimentarios nacionales en suelo estadounidense, entre ellos el del aceite de oliva y las aceitunas verdes. La Unión Europea y EEUU han dado un primer e importante paso para solucionar el grave conflicto comercial producido por el enfrentamiento entre la empresa americana Boeing y la europea Airbus, que está suponiendo un auténtico problema para el agro español y andaluz. No es un acuerdo definitivo y, probablemente, asistiremos a momentos futuros muy tensos en la negociación entre las dos partes, pero la extensión de cinco años de la suspensión de estos aranceles adicionales, que hacían que nuestro aceite embotellado y nuestra aceituna verde perdiesen de forma preocupante competitividad en los importantes mercados norteamericanos, sólo puede ser recibida con satisfacción y esperanza. Por lo pronto, el nuevo plazo permite a nuestros productores tener una mayor seguridad jurídica para reintroducir su oferta en EEUU. Noticias como éstas recuerdan lo vital para nuestros intereses que es pertenecer a la Unión Europea y lo importante que es desechar los cantos de sirena euroescépticos. Por lo visto en los últimos días en la cumbre de la OTAN y el fiasco del encuentro entre el presidente español, Pedro Sánchez, y el norteamericano, Joe Biden, pertenecer a la UE sigue siendo una garantía de que nuestro país tenga algún peso en el concierto de las naciones. Hay que tener en cuenta que, entre noviembre de 2019 y febrero de 2021, las exportaciones del aceite de oliva embotellado y de las aceitunas verdes han descendido hasta un 80%, dato más que alarmante y que obligó a las empresas españolas a desarrollar iniciativas como la de levantar plantas de envasados en países no afectados por las sanciones, lo que no dejó de ser un perjuicio para nuestro empleo y la economía nacional. Ahora sólo hay que pedir diligencia e inteligencia a los negociadores comunitarios para que dicho acuerdo se eleve a definitivo.

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