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Un acto extravagante y extemporáneo

El acto por el final de ETA organizado por el Gobierno ha sido un completo desatino que ha contado con un amplio rechazo de las víctimas

A estas alturas Pedro Sánchez ya ha debido comprender que el acto organizado para la destrucción de 1.400 armas incautadas a ETA ha sido un completo error que ha suscitado las críticas de la práctica totalidad de los partidos políticos (excepto el PSOE, lógicamente) y, lo que es peor, de buena parte de las víctimas del terrorismo. Es el triste resultado de haber intentado rentabilizar políticamente la victoria de la democracia española frente al terrorismo independentista vasco con un acto extemporáneo y de extravagante puesta en escena. Alguien ha aconsejado muy mal al presidente del Gobierno. Como le han recordado las víctimas, el Ejecutivo haría mucho mejor en trabajar para esclarecer los más de 300 crímenes de ETA aún por resolver que en dedicarse a organizar shows televisivos como el visto el pasado jueves. El oportunismo político de Pedro Sánchez es evidente. Al mismo tiempo que negocia continuamente con los herederos políticos de la banda terrorista y continúa con el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco (pese a que muchos siguen sin arrepentirse ni colaborar con la Justicia para aclarar sus crímenes), Sánchez ha sobreactuado con una escenografía claramente propagandística que ha causado más rubor que aceptación. La derrota de ETA fue el resultado de años de lucha de todo el conjunto de la sociedad y ningún partido ni Gobierno tiene el derecho a intentar rentabilizarla políticamente. Cierto es que la derrota de ETA merecía -y sigue mereciendo- un gran acto que sirva de homenaje a todas las víctimas y de celebración por el final del que había sido el mayor lastre para nuestra convivencia nacional, pero éste no puede ser a mayor gloria de ningún partido político y, por supuesto, debe contar con una generosa participación social y política, algo que brilló por su ausencia en el acto organizado por el Gobierno. No exigimos que Pedro Sánchez pida disculpas por tal desatino (sería demasiado pedir), pero sí que tanto él como el conjunto de la clase política comprendan que intentar sacar rédito de un drama como fue el terrorismo etarra sólo puede llevar al descrédito.

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