Radioactividad en Andalucía

Según el CSN, tres emplazamientos de Andalucía registran radioactividad, aunque sin riesgos para la población

Tras años de silencio, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha admitido que en España hay siete zonas contaminadas por radiación, de las que tres son andaluzas. Concretamente, son cuarenta hectáreas en Palomares (Almería), con presencia de plutonio-239 y americio-241-debido al histórico accidente de aviones militares norteamericanos con la pérdida de una bomba nuclear en 1966-; 1.600 metros cuadrados de las Marismas de Mendaña, en el estuario del río Tinto (Huelva), antes de su confluencia con el río Odiel, con presencia de cesio-137, y, finalmente, en este mismo estuario, una balsa de fosfoyesos con presencia de radio-226.

Antes que nada hay que dejar claro que, según el CSN -máximo organismo en materia de seguridad y protección radiológica en España-, aunque es cierto que en estos terrenos hay "presencia de radioactividad", también lo es que se descarta que "exista un riesgo significativo". Es decir, que debe prevalecer la calma y en ningún momento usar esta circunstancia para inquietar a la población, que puede estar completamente tranquila. Sin embargo, sí hay que hacer algunas reflexiones. La primera es sobre los terrenos contaminados en Palomares por un accidente que propició el histórico baño de Fraga junto al embajador norteamericano, en la playa de esta localidad. Tras décadas de olvido, la Administración Obama se comprometió con el Estado español a limpiar los terrenos contaminados. Sin embargo, desde que el presidente Trump ha llegado a la Casa Blanca, dicho acuerdo ha quedado en papel mojado y, hoy por hoy, la situación sigue completamente igual. El Gobierno español debe exigir al de EEUU -aliado con el que comparte varias bases militares- que cumpla con sus compromisos e inicie, cuanto antes, la limpieza radiológica de Palomares. Respecto a los terrenos contaminados en el estuario del río Tinto se pone en evidencia, una vez más, el complicado problema que tiene Huelva, con un depósito de 120.000.000 de toneladas de residuos de fosfoyesos, tóxicos y radiactivos, a 500 metros de la capital. Hay que acometer con urgencia una solución satisfactoria.

Más allá de los casos concretos de contaminación, el CSN reconoce la ausencia de una regulación específica sobre la materia. Cuanto antes, se debe dotar a las instituciones de una normativa sobre suelos y aguas contaminadas por la radiación. El inventario presentado por la CSN sólo es un primer paso. Ahora, detectado el poblema, hay que actuar.

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