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Másteres, urge prestigiarlos

Las informaciones sobre Montón vuelven a poner en la picota a la Juan Carlos I y al sistema universitario español en general

Las informaciones sobre las irregularidades detectadas en un máster cursado por la actual ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón, nos llevan a una triple reflexión. La primera, estrechamente ligada a la actualidad nacional, apunta a un nuevo resbalón del Gobierno socialista de Pedro Sánchez. La segunda se centra en el uso y abuso que la clase política ha hecho de una universidad como la Juan Carlos I, con evidentes complicidades dentro de ésta. Y tercera, de corte general, pone de manifiesto la necesidad de un mayor control sobre las titulaciones de los centros y la urgencia de prestigiar a los mismos.

La ministra dio ayer unas explicaciones que no resultaron satisfactorias. Sin embargo, el Gobierno, al que en los últimos días se le amontonan los problemas, ha preferido mirar para otro lado y dar por buenas las excusas de Montón, aunque eso le impedirá en un futuro usar la principal arma que tenía contra el líder del PP, Pablo Casado, sobre el que también pesan sospechas en este sentido. Los últimos días están siendo un auténtico calvario para el Gobierno, al que se le agolpan los problemas sin que todavía haya empezado una de las asignaturas más difíciles con las que tendrá que lidiar: la posible agitación callejera en Cataluña con motivo del primer aniversario del 1-O, un auténtico campo minado para cualquier Ejecutivo.

Las informaciones que han aparecido sobre Montón vuelven a poner en la picota a la Juan Carlos I y al sistema universitario español en general. La posibilidad de que el centro madrileño hubiese usado diferentes varas de medir con sus estudiantes supondría una intolerable adulteración del espíritu universitario que debe ser corregida inmediatamente. Todo indica que el centro público madrileño facilitaba a políticos de distinto signo titulaciones con las que hacer carrera e inflar sus currículums, evitando así la habitual crítica que se les suele hacer sobre su falta de formación académica. Muchos estudiantes que destinaron importantes esfuerzos económicos e intelectuales a realizar un máster en la Juan Carlos I ven ahora cómo tienen un título desprestigiado por el comportamiento ventajista de otros. Algo intolerable.

Más allá del caso de la Juan Carlos I urge una reacción importante del Gobierno y las universidades para acabar de una vez por todas con estas prácticas. Lo contrario nos llevará al desprestigio de nuestro sistema universitario, algo que puede tener consecuencias fatales para los ciudadanos que han pasado por sus aulas.

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