La Junta y los agentes sociales escenificaron ayer un clima de acuerdo y concertación que constituye, sin duda, una buena noticia para Andalucía. La firma por parte de Juanma Moreno y de los máximos responsables de UGT, CCOO y la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) del pacto que movilizará 1.200 millones de euros, a la largo de los cuatro presupuestos de esta legislatura, es importante por su cuantía y por los objetivos que persigue en unos momentos de enormes incertidumbres derivadas de la situación internacional y de la inestabilidad nacional. Pero también lo es por su trascendencia política y porque abre una vía que se aleja del ruido y de la crispación en los que se desenvuelve la política española. Andalucía vuelve a mostrar que con voluntad y trabajo es posible crear diálogo y conseguir avances. La concertación social ha sido una seña de identidad de la política andaluza, con sus altos y sus bajos, desde los ya lejanos tiempos del presidente Manuel Chaves y ha demostrado ser un instrumento eficaz para el mantenimiento de un estado de paz social. El acuerdo firmado ayer permite que el desarrollo legislativo que se hace desde el Gobierno andaluz se haga en una situación de normalidad institucional y tenga un grado de consenso que aumente su eficacia. Juanma Moreno arrancó sus primeros acuerdos de concertación en la anterior legislatura con motivo de la pandemia. El firmado ayer no tiene ya este componente de excepcionalidad y responde a las necesidades más apremiantes para los andaluces, como son medidas de promoción en materia sanidad pública, vivienda o transporte. Se trata, en definitiva, de impregnar toda la política de la Junta de un componente social y de dar a empresarios y sindicatos un papel destacado como interlocutores en las materias que son de su competencia. Con el acuerdo de concertación Andalucía abre un camino que merece la pena explorar.