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Cincuenta años del cierre de la verja

En la cuestión del Peñón, España nunca debe volver a ignorar los intereses y problemas del Campo de Gibraltar

El cincuenta aniversario del famoso cierre de la verja de Gibraltar nos sirve de pretexto para, una vez más, reflexionar sobre un problema que, aunque es una cuestión de Estado, afecta de lleno a Andalucía: la existencia de una colonia británica que, aunque está legitimada por el Tratado de Utrecht, es hoy en día una completa anomalía y una fuente continua de conflictos entre dos países amigos como España y el Reino Unido. El cierre de la verja, maniobra con la que Franco pretendió que la colonia cayese como fruta madura, fue un completo fracaso y lo único que consiguió fue enconar el sentimiento antiespañol de la actual población del Peñón y dañar gravemente la economía y el empleo del Campo de Gibraltar. Este fracaso demostró hasta qué punto, en este asunto, sobran las medidas sobreactuadas y los golpes de efecto. España debe seguir reclamando la soberanía del Peñón con decisión y perseverancia, pero siempre abierta al diálogo y, sobre todo, sin volver a perder de vista los intereses del Campo de Gibraltar, comarca para la que las relaciones económicas y humanas con la colonia son de vital importancia. Cuando aún no se conocen muy bien cuáles serán las repercusiones que tendrá el Brexit en este complicado asunto, habría que volver a hacer un llamamiento para que el Gobierno de España siempre tenga en cuenta los intereses de una comarca en la que viven más de 300.000 personas y que, pese al dinamismo e importancia de algunas de sus infraestructuras, como el Puerto de Algeciras, sufre graves problemas de paro, narcotráfico, inmigración irregular, etcétera. Con este panorama, la soberanía del Peñón es casi un problema secundario.

El cierre de la verja fue un fracaso que no debe volver a ocurrir. Las dos partes en conflicto deberían sacar conclusiones: España, la inutilidad de los actos de fuerza, y el Reino Unido, lo anacrónico de su actitud imperial, por mucho que la justifique con una pretendida defensa de los derechos de la actual población del Peñón.

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