Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Que vuelva el tres por cuatro

Tuve que escuchar cinco o seis veces el pasodoble de Martínez Ares al Kichi para enterarme de qué iba la cosa

Bajo mi modesta y equivocada opinión el folklore popular es tal en el momento en que las coplas pasan a la gente, para lo que debe poderlas cantar cualquiera. Días pasados se encontraron por la calle una agrupación que iba al Falla y otra que venía, al verse de lejos empezaron a cantar por "Las bisabuelas de los viejos del 55", el pasodoble con música del Noly "Vuelve ya el tres por cuatro". ¿Por qué esa copla de hace tantos años y no una de el último carnaval? Porque cada vez es más difícil cantar lo que se canta en el Falla. La mayoría de las coplas no pasan a la gente porque se ha fomentado el virtuosismo en lugar de la sencillez, se busca que un atleta de la guitarra haga un punteao y que un tipo sea capaz de subir dos octavas , aunque sea a costa de que nadie entienda . Yo, sin ir más lejos, que soy sordo der tó , tuve que escuchar cinco o seis veces el pasodoble de Martínez Ares al Kichi para enterarme de qué iba la cosa, captar el mensaje, comprender el sentido de la copla. Me pasaba igual con el Eterno Capitán Veneno, Los Carapapa y el resto de grupos con voces portentosas. Fali Mosquera y Ramoni son ya excepciones entre los intérpretes. Las voces varoniles escasean, entre los "castratti" y las feministas partidarias de Bildu, que un hombre cante con voz de tal debe ser visto como una antigualla o como ejemplo del patriarcado para que puedan cargarse en él, como alardean las de Rentería. Dada mi senectud yo soy de Paco Rosado. Dice una amiga que es que yo soy del carnaval de los 80, lo que es más que probable. Lo mío son pasodobles que se entiendan que contengan bonitos piropos a Cádiz o críticas mordaces al poder. Por eso fui siempre de las cosas que hacía Paco Rosado, desde Los Cruzados a El Bache, con la inestimable ayuda del Gómez, Emilio y un grupo de gente que sabía cantar en lugar de gritar. Me encanta que una antología de Paco Rosado abriese la final, como homenaje a alguien que hizo tanto por el carnaval. Vaya por delante que nunca fui amigo suyo, que hubo momentos en los que nos llegamos a pelear, a pesar de lo cual siempre admiré sus melodías, sus letras, su manera de cantar y de afinar los grupos en los que salía.

Tuve más relación con Aragón, pero salvo sus chirigotas, no entendía nada de lo que cantaban : muchos gritos con unas letras enrevesadas. Ni siquiera entro ya en su vida privada, aunque constato el diferente trato que le dan las feministas a Plácido Domingo del que le dan al Capitán Veneno, incluida la admiradora de los abretzales. Debe ser que Paco no va a tener nunca un colegio porque no era un maltratador.

P.S. Ayer le dedicaron una calle a Emilio López Mompell, un querido y añorado compañero al que recordamos con afecto y admiración.

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