A vueltas con la Aduana

El Plan de la Plaza de Sevilla ha fracasado. Pero sería un grave error creer que la culpa es de no haber derribado la Aduana

Con la Aduana hemos topado, ojú… Está la gente pendiente del coronavirus y de si van a cerrar el bar de la esquina, de si los van a confinar en sus casas, de si van a suspender las clases presenciales en los colegios (también tienen alguna repercusión en el aumento de los contagios, según parece) durante dos semanas; en fin, de asuntos que afectan a lo esencial de verdad: la salud, el dinero y el amor. Cuando, de repente, se nos aparece la Aduana de Cádiz, como en una cortina de humo, como una fantasmagoría entre la niebla de otros tiempos. Y, para colmo de curiosidades, con Martín Vila y Kichi aliados con el PP y su Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Cosas veredes…

La nueva intentona para derribar la Aduana está planteada con más vigor. Han buscado refuerzos. Antes se veía como un capítulo más de los enfrentamientos entre el Ayuntamiento de Teófila Martínez versus la Junta de Andalucía de Manolo Chaves. PP contra PSOE. Era el duelo del perro y el gato, que tanto ha entretenido en Cádiz durante dos décadas prodigiosas, en las que hicieron muchas cosas y dejaron de hacer otras, por culpa de los rifirrafes entre las administraciones azules y rojas.

Sin embargo, ahora, aprovechando que la gente está en lo que está con la pandemia, los enemigos de la Aduana se han rearmado. El nuevo Quijote que sueña con derribar los molinos de viento aduaneros es Martín Vila, que ya está tanteando a la Consejería de Cultura, cuya titular es Patricia del Pozo, del PP. Gracias a este idilio entre los populistas y los populares, se llevarían por delante la Aduana. Se quedaría la vieja estación de 2005 (ese atractivo edificio industrial) con sus bellezas al aire.

Martín Vila incluso despotrica ahora contra el PSOE, por su gestión de la Aduana. Se olvida de que él cogobernó con ellos en la Junta de Andalucía, cuando había un gobierno de coalición de los socialistas con los comunistas de IU. Y pactaron entonces, como el PP con Ciudadanos en el actual gabinete autonómico. La Aduana se salvó. Es un edificio de la arquitectura franquista (no se olvide la memoria), aunque el PSOE se lavó las manos.

La ejecución del Plan de la Plaza de Sevilla ha fracasado rotundamente. Pero sería un grave error creer que la culpa es de no haber derribado la Aduana. ¿Con ese derribo se cumpliría el Plan de la Plaza de Sevilla, que da pena y vergüenza de verla? ¿Y cuándo será la demolición? ¿Y dónde construirán el nuevo edificio y quién lo pagará?

Son preguntas que también hay que responder, para no confundir otra vez a la gente.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios