AÑO nuevo, vida nueva. Aunque el refrán dice eso somos muchos los cadistas que no queremos un nuevo Cádiz en esta temporada. Nos conformamos con un pequeño pulido de lo que hemos visto hasta ahora. El Cádiz ha terminado el año en primera posición y un servido ser conformaría con que volviera a hacerlo. Eso sí, con un ascenso de por medio, lo que significaría volver a la pelea por regresar a Primera División. Sí ya que se que voy demasiado deprisa, pero ya sabemos todos que con el nuevo año abundan los buenos propósitos y los mejores deseos. Por repetir la historia, hasta se está levantando una nueva visera en la Tribuna, con la cual esperemos que no se vuelva a cantar aquello de que "Yo no veo que el Cádiz tenga un equipo pa estar en Primera, y es que desde mi balcón… no veo con la visera", que cantaron Los Cubatas en 1986. El Cádiz necesita como sea recuperar esos viejos tiempos. Si no en Primera (que para eso todavía queda) sí en Segunda División, que es lo mínimo que se le exige a este equipo. Se echan mucho de menos aquellos tiempos con el viejo Carranza hasta la bola, con la gente en ambos Fondos subidas hasta en los mástiles de las banderas, con en run run del tren del gol. Con aquellas promociones, con aquellas salvaciones in extremis. Eso ha sido la salsa del cadismo; el asumir que nunca se haría nada grande, pero teniendo claro que nuestra historia estaría llena de pequeñas gestas. Es cierto que en aquellos años no existía sobresaturación televisiva de ahora, pero al cadismo no lo ha echado del Carranza la televisión. Lo ha echado la desidia, la falta de compromiso de muchos y nefasta gestión en los despachos. Al cadismo de verdad, que lo hay en grandes dimensiones, le dio siempre igual que dieran al Real Madrid o al Barcelona por la tele. El Cádiz era el Cádiz, y eso era sagrado. Recuerdo tardes en Fondo Norte, con diluvios que harían ponerse nervioso a Noé, con el Cádiz ganando 4-0 al Moralo y yo queriéndome ir ya a casa para secarme y tomarme un café, y mi novia de aquel entonces diciéndome que no, que el partido no había terminado aún. Ese es espíritu quede hay que recuperar. Y eso solo se consigue con la unión de todo el cadismo. Lo contrario lo tenemos enfrente hoy en Carranza. Un equipo de los clásicos de la Segunda División, al que han dejado morir y a nadie le ha importado. Se murió el Polideportivo Ejido y ahora viene el Poli Ejido 2012. Sobre el papel la diferencia es mínima, pero en realidad es abismal. A mucha gente quizás no le importaría que pasara esto en el Cádiz, pero a ní no me gustaría borrar 100 años de historia de un plumazo, aunque cambien cuatro letras. Mejor intentar trabajar al máximo para pagar las letras que debemos y no cambiamos nada. Al nuevo año, al de La Pepa, le pedimos que sea este el año de la vuelta a los mejores tiempos del Cádiz. Porque este equipo, para tener un futuro brillante necesita mirar al pasado. Este va a ser el año y esta tarde vamos a seguir poniendo piedras para ello. ¡Que Viva la Pepa!