NO es habitual que un candidato a las elecciones tenga un apoyo tan decidido de su partido como el que disfrutó ayer Alfredo Pérez Rubalcaba en Cádiz, arropado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Este gesto tiene un evidente significado político. El PSOE sabe que le será muy difícil repetir los excelente resultados que obtuvo en la provincia de Cádiz en 2004, y por ello parece decidido a volcarse en ese empeño. Para ello ha enviado como candidato a un peso pesado dentro de las filas socialistas, como es Alfredo Pérez Rubalcaba, no sólo por ser ministro del Interior sino por estar considerado como uno de los políticos más expertos y lúcidos que tiene el PSOE. Los elogios que le brindó ayer Zapatero se pueden considerar dentro de la normalidad del discurso político. No obstante, el presidente del Gobierno destacó algo que merece ser comentado: Rubalcaba se presentará por Cádiz como símbolo de la importancia que tendrá la provincia en la legislatura próxima de 2008 a 2012, con motivo del Bicentenario constitucional. Mientras el PSOE ha apostado con fuerza por un candidato de prestigio en el panorama político nacional, el PP basará su candidatura al Congreso en el principal activo político que tienen en la provincia, que es la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que cuenta con el decidido apoyo de Mariano Rajoy, expresado también recientemente en la capital gaditana. El interés declarado por Cádiz, tanto por José Luis Rodríguez Zapatero como por Mariano Rajoy, hace augurar tiempos mejores para esta provincia, que no es una cualquiera, sino la octava de España en población, aunque esa importancia demográfica no se haya traducido hasta ahora en más significación política. La presencia de José Luis Rodríguez Zapatero, en ese sentido, es muy positiva porque certifica el compromiso del Gobierno, en caso de que siga, para tener más en cuenta a Cádiz, que también existe.