Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Lo que el viento se llevó

LA ciudad de Cádiz aparece como la de menor índice de contagiados por el coronavirus de toda España, se desconocen los motivos ya que aquí no ha llegado aún, que sepamos, ninguna vacuna. De la misma manera que la ciencia no sabe si se contagia por gotículas o aerosoles, si la cuarentena es de 40 días como su nombre indica, de 15 o de 10, si algún medicamento sirve para la cura, cómo es que hay gente que transmiten el virus pero no padecen sus síntomas, de esa misma manera tampoco sabemos por qué Madrid siempre va mal y Cádiz va mejor. Nos gustan los bares como a los que más, nos gustan las barras, las tapas, los cafés por la mañana y la cervecita (a mí no) al mediodía. Emulamos a Sabina "en Tirso de Molina hay más bares que en toda Noruega". Descartado el factor bar. Se hacen los mismos botellones que en cualquier otra ciudad con la inconsciencia de esos jóvenes que hasta hace poco decíamos que era la generación mejor preparada de la historia de España pero acabamos de darnos cuenta de nuestro error. Quizás en Cádiz haya menos población universitaria haciendo el ganso que en Valencia, Salamanca o Granada, por buscar la diferencia. Es cierto que los desplazamientos son más cortos por lo que el uso del transporte público es menor que en otras capitales, aparte de la invasión de los intrépidos patineters que aterrorizan nuestras calles. Tampoco creo que haya menos reuniones sociales y familiares o que la gente use menos la mascarilla que en otro lado. Veo en cada esquina un bote de gel hidro alcohólico así que tampoco. Hay quien dice que la humedad puede influir, pero eso es disparar al bulto ya que cabe suponer que en todas las ciudades marítimas hay mucha humedad, creo que cantaban Los Carreros "al este un puente diciéndole al levante que no se entretenga tanto en sus visitas". Debe ser el viento, de levante o de poniente, que dispersa las miasmas del personal. No se me ocurre otra cosa. Ya se sabe que Cádiz es ciudad con dos novias, el levante y el poniente, que cantaba Antonio Martín, O como el dicho viejuno de "la mare que parió al poniente y la mare que parió al levante". No hay otras explicación posible más que el viento , con circo o sin él porque seminaristas no quedan apenas dado eso que llaman "crisis de vocaciones" así que solo la naturaleza empuja al levante a visitarnos para satisfacción de los practicantes del kitesurf. En lugar de citar al cuarteto del Gago y Cossi , o aquel famoso tango al viento de levante del coro de Puerto Real "Hay moros en la costa" me permiten hacerlo con lo escribió Alberti en un soneto "siglos de sacudidas sin reposo, el viento, el viento súbito en acoso, el viento de levante, siempre el viento". Toquemos madera.

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