Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

La tribuna

José Ignacio Enríquez

La vida es ahora un juego de suma cero

EL pasado trimestre destacaba la escasísima rentabilidad del bono alemán a diez años, un exiguo 0,10% anual insuficiente para cubrir el coste de amortización de nuestras vidas. Lamentablemente a día de hoy, y tan sólo transcurridos tres meses desde entonces, nos hemos quedado antiguos: la rentabilidad ya no es ni tan siquiera positiva. Revisando la terminología estudiada en el ámbito económico debemos hacer un ejercicio de actualización semántica.

El coste de amortización será de signo contrario al contabilizado hasta ahora, la actualización de balances permitirá computar que los activos con carácter general valen ahora menos que antaño, y los pasivos también, esto último sin duda parece una magnífica noticia. Sobre los activos destacar que muchos de ellos deberían pasar a denominarse, sencillamente, pasivos, pues su valor no se va a incrementar en un futuro, son poco líquidos, generan costes de mantenimiento y son gravados por impuestos de modo inmediato como presa fácil para nuestros gobiernos e instituciones, sedientos de recaudación en este hogar del jubilado que es Europa.

En relación a los pasivos, lamentablemente la magnífica noticia tiene truco: el prestamista otorga un coste del endeudamiento negativo a los gobiernos (tipos de interés negativos) pero..., no por endeudarte te voy encima a retribuir, apreciadísimo y sufrido prestatario de a pie.

El PIB plano o negativo nos indica finalmente que el juego del comercio y la vida se pone realmente interesante: es un juego de suma cero o nula. Los juegos de suma cero o nula, son definidos en el campo matemático como aquellos donde la ganancia de una parte es a costa de la pérdida de la otra parte, y viceversa.

Hasta ahora ganar en bolsa, en el mercado inmobiliario o en cualquier transacción económica no era considerado necesariamente a costa del fracaso de la otra parte; podían ganar ambos porque merced a la producción creciente (PIB positivo), la riqueza va con el tiempo en aumento inclusive en ausencia de inflación.

Por explicarlo de un modo liviano (la teoría de juegos es compleja y la recuerdo con mucho respeto cuando la estudié en los cursos de Doctorando) se nos apacigua el malestar moral que nos podría generar una ganancia abultada haciéndonos creer que no existe conflicto moral ya que mi dicha no es la desgracia del de enfrente, y aunque lo fuese ya se recuperará el de enfrente puesto que las cosas siempre van a mas y podrá recuperar su pérdida.

Hoy en día, en ausencia de crecimiento del PIB cuando una parte gana es fundamentalmente a costa de la pérdida de la otra parte. Esto implica para las personas luchadoras, austeras y trabajadoras que hay que estar alerta en la victoria mucho mas que antaño, y en la derrota ya ni que decir.

Las personas inconstantes, reaccionarias, vagas y por lo general todas aquellas que tienden a culpar de sus desdichas al de enfrente serán el caldo de cultivo perfecto para aquellos que se erigen en catalizadores de la justicia social desde tesis falsamente humanistas basadas en el reparto de la riqueza vía persecución y expolio de los que más tienen, para reposición de lo confiscado a los que menos tienen. Para mí estos comunalizadores divinos constituyen y resultan ser, o bien idiotas en el primer capítulo del desarrollo intelectual, o bien seres deleznables y ruines que se aprovechan de la incultura e ignorancia de sus valedores.

Frases como "primero ser, luego hacer, y finalmente tener" que conforman mi ideario liberal y capitalista requieren de esfuerzos personales en el tiempo que ellos no están dispuestos a soportar. Es necesario acometer reformas para que todo siga funcionando más o menos tal y como está, ya que nunca en la historia de la humanidad hemos gozado de un bienestar y progreso social como el actual, de modo que sirvan estas líneas como homenaje a todos aquellos que trataron de ser reformistas desde una perspectiva valiente, sacrificada para con ellos mismos y generosa hacia los demás.

En este nuevo escenario de juegos de suma no nula donde se desarrolla el mercantilismo de nuestros días se avecinan grandes cambios de mentalidad económica y reformas que permitirán calmar nuestras conciencias en el ejercicio diario del negocio de la vida. La aspiración que debe regir nuestro día a día es esforzarnos para ganar en buena lid y no hacer demérito de los que destacan. Una vez ganado se debe respetar la victoria con el derecho a la propiedad privada como piedra angular de nuestra sociedad.

Muchos de los movimientos que estamos viviendo (ultranacionalismo, populismo) ya sean de izquierda o derecha son reacciones primarias y viscerales que se fundamentan en una injusticia: la injusticia de tener menos que lo que me gustaría. Nadie les indica que primero hay que ser (generoso, sacrificado, íntegro), luego hacer (trabajador, diligente, eficaz y cumplidor) y finalmente tener. Cuando lo anterior ha sido en ese orden y de ese modo, mucho me temo que no estarán de acuerdo en comunalizar sus bienes.

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