Un viajecito a La Habana

Cádiz tiene un Ayuntamiento muy tieso que no puede pagar tres billetes de avión y dos noches de hotel

En esta jornada de reflexión hay que reflexionar sobre los detallitos populistas del Ayuntamiento de Cádiz. La última ridiculez es la excusa para no participar en los actos del V Centenario de La Habana. Al parecer, el viaje del alcalde Kichi y dos más (Barcia y otro) le iba a salir muy caro a las arcas municipales. Además de que en La Habana iba a coincidir Kichi con el rey Felipe VI y con Nicolás Maduro. Hubiera sido una foto impagable. A Kiki, que es mucho de La Habana, le hubiera encantado esa foto. Sería una bonita imagen de la reconciliación después del genocidio de los españoles y las torturas de los bolivarianos. Pero no ha sido posible.

La imagen del Ayuntamiento de Cádiz es de un populismo penoso. La imagen que han dado es que no tienen ni para tres billetes de avión. Los invitaron, pero el alcalde de La Habana, Reinaldo García Zapata, que es comunista como tú, no le envió los billetes. El alcalde de La Habana (que allí se llama presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular) es comunista, pero no tonto. La Habana tiene 57 ciudades hermanas y no va a enviar billetes a toda la familia.

Tampoco esto era como el caso del parlamentario de Podemos, José Luis Cano, que cobraba las dietas del Parlamento de Andalucía y también por los viajes en BlaBlaCar. A La Habana no se puede viajar con BlaBlaCar, que es una multinacional de origen francés, para la gente que comparte los gastos del viaje en coche. A La Habana hay que viajar con Iberia, que era una empresa española, pero la compró una multinacional británica. A La Habana iban antes los galeones que salían del Puerto de Cádiz, pero ya no salen. Una opción hubiera sido pedirle a Pedro Sánchez que le pagara el viaje, como si fuera la niña Greta.

La Habana está hermanada con Cádiz desde 1998. Se hermanó Teófila Martínez con Fidel Castro, para que digan. Diario de Cádiz le envió una rotativa a Granma, el diario oficial del partido en 1992. Intermedió Barroso, entonces alcalde de Puerto Real. Hay que portarse bien con los hermanos.

Cádiz ha quedado fatal: ante La Habana y ante todo el mundo. Cádiz tiene un Ayuntamiento muy tieso que no puede pagar tres billetes de avión y dos noches de hotel. Cádiz se está configurando como un lugar ideal para las inversiones de las multinacionales. Cádiz manda huevos, pero no manda a su alcalde a La Habana. Se supone que estos viajes no son turísticos, sino para fortalecer relaciones y buscar acuerdos culturales y económicos. Pero el populismo era eso: quedarse en casa y jugar a ser pobre.

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