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LÍNEA DE FONDO

José Antonio / López / Jalopez@diariodecadiz.com

Otra vez la cruda realidad

Esta extraña temporada no parece la más propicia para que el Cádiz logre sus principales objetivos

Por mucho que duela, quizás sería deseable que el equipo cadista reconozca que alcanzar la primera posición del grupo IV de la Segunda División B es una utopía. No es imposible, ojo, porque las matemáticas aún arrojan posibilidades, pero cuanto antes se admita la dificultad menos coba se le estará dando al aficionado. Este año, por mucho que duela, el Murcia es el Cádiz de hace dos años, ese Cádiz al que el Jaén y el Poli Ejido aspiraban a alcanzar y que una y otra jornada demostraba que pillarle era una utopía. Cierto es que el conjunto de Xabi Gracia -por cierto, me encanta que esté triunfando en el filial del Villarreal- era más brillante que este Murcia y que la ventaja que le sacaba al quinto era escandalosa. Pero ahí estaba, con sus perseguidores añorando una quimera imposible.

Ahora el perseguidor es el Cádiz. Entre problemas extradeportivos y superdeportivos, el club amarillo está pasando una temporada que se está convirtiendo en un suplicio. Ninguno de los objetivos marcados tiene ahora mismo visos de cumplirse. Quedar primero, desde luego que no; recuperar a la afición se antoja complicado con la imagen del equipo; y entrar en el grupo de los cuatro primeros exige una dinámica superior a la actual, marcada por tristes empates. Lo de subir ya es otra historia.

Las razones de esta extraña temporada son un misterio. Al menos para mí. No creo que haya plantilla para arrasar, pero tampoco pienso que sea para quedar en la mitad de la tabla. El nivel de esta Segunda B es bajo, bajísimo, nada que ver con aquel pozo en el que el Cádiz se sumergió durante nueve años, y por eso no se entiende que estos jugadores no terminen de imponerse en determinados partidos: tanto en garra como en calidad. Quizás el problema es la garra, las ganas. No digo que no haya, pero a lo mejor no es la suficiente. Los contrarios ponen garra, ponen ganas, corren mucho, en definitiva, de manera que la calidad no alcanza por sí sola para llevarse los tres puntos.

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