El mordisco en la manzana

Aurora Muñoz / Amunozl@grupojoly.com

Unos se van y otros llegan

CUANDO Valentino abandonó el imperio de la Alta Costura en enero, París se tiñó de rojo, como en uno de esos días en los que Holly Golightly -la protagonista de Desayuno con Diamantes- se dejaba arrastrar por la tristeza.

A veces me gusta imaginar a Uma Thurman, Lucy Liu, Eva Herzigova y Claudia Schiffer devorando un croissant frente al escaparate de Tiffany's, cabizbajas y perdidas, sin un artista al que servir de inspiración.

Pero como reza la película de Baz Luhrmann, "el show debe continuar". Así lo entendió Josep Font, un habitual del Prêt-a-Porter parisino, que debutó en febrero de 2006 con un desfile en el mítico Moulin Rouge. Este mismo año, presentó su primera colección de Alta costura en la capital francesa, justo cuando Valentino se apeaba de las pasarelas. El español recibió una lluvia de halagos de todas las fashion victims, como Carmen Lomana, que acababan de quedarse huérfanas y necesitaban aire fresco en sus carísimos guardarropas. Sin embargo sería injusto decir que el éxito de su debut se debió, simplemente, a la feliz coincidencia de "estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado". Para los indecisos, el catalán acaba de presentar en París su segundo desfile de Alta Costura, que podría representar el espaldarazo definitivo para este joven modisto. Lo español está de moda, con toda esta fiebre roja que trajo el triunfo de la selección, así que, esta patriótica colección inspirada en el folklore nacional, se ha llevado de calle a nuestros vecinos mediterráneos. Otra recién llegada a este escaparate de excepción, ha sido la italiana Alessandra Facchinetti, que ha sido proclamada como la heredera universal del maestro en el Valentino Fashion Group. Facchinetti comenzó su carrera con marcas como Miu Miu o Prada, hasta dar el gran salto a Gucci, de la mano de Tom Ford. En 2001, tras la marcha de este último, la diseñadora, de tan sólo 35 años, tomó las riendas del diseño de la colección de mujeres para Gucci, convirtiéndose en una revelación de las pasarelas. Como verán, el imperio de la moda amenaza con contraatacar por medio de sus nuevos talentos e invadir las calles, llenándolas de sueños, sueños que no soportaría mi Visa. Unos van, otros vienen, pero el show siempre permanece.

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