El nivel educativo de Infantil de tres años cuenta con 196 puestos escolares vacantes, repartidos entre 14 de los 29 centros docentes sostenidos con fondos públicos de la capital gaditana. Esa cifra se extrae de la suma de las plazas de Infantil de tres años no solicitadas hasta el momento y que recogen los dos listados que las Comisiones de Escolarización de Cádiz-Puerta Tierra y de Intramuros publicaron ayer en los tablones de anuncios de los colegios. En Puerta Tierra se contabilizan exactamente 127 vacantes, mientras que en el casco histórico de la ciudad se registran 69.

En este punto cabe recordar que para el próximo curso escolar se ha ofertado un total de 1.100 plazas repartidas en 44 unidades, 32 de ellas en extramuros (800 plazas) y las 12 restantes en el centro (300 plazas).

Educación no especificó ayer cuántos niños optan a esas 196 plazas vacantes, aunque sí concretó que se habían recibido 813 solicitudes para cursar Infantil de tres años en la zona de Puerta Tierra y que 14 de esas peticiones son duplicadas. Así lo corroboró ayer a este medio el presidente de la Comisión de Escolarización de Cádiz-Puerta Tierra. Por tanto, de esos datos se podría deducir que una vez se ajuste la oferta de puestos escolares en extramuros a la demanda sólo quedaría una plaza vacante. Sin embargo, fuentes de la Delegación provincial de Educación recalcan que no todas las solicitudes se concretan luego en matrículas, pues muchos padres que no han encontrado plaza en el o los colegios deseados optan por la escuela infantil privada o por no escolarizar aún a sus hijos.

En intramuros, la diferencia entre la oferta y la demanda no será tan ajustada. Se estima que sobrarán en torno a las diez plazas una vez concluya el proceso de escolarización.

La Administración educativa insiste en que ningún niño residente en extramuros será escolarizado en una escuela del casco histórico, "pues hay plazas suficientes en ambas zonas de la ciudad".

Las 196 plazas aún sin 'propietario' se distribuyen en escuelas públicas. Todas excepto cinco, pertenecientes al colegio concertado María Auxiliadora (Salesianas), en la avenida Andalucía. Los 191 pupitres restantes se reparten de la siguiente manera: 1 en Cortadura, 30 en La Institución, 18 en Adolfo de Castro, 29 en Andalucía, 18 en Gadir, 14 en Fermín Salvochea, 12 en Tierno Galván (Villa de Brest), 5 en Campo del Sur, 12 en Carlos III, 17 en Celestino Mutis, 14 en Josefina Pascual, 4 en San Rafael, y 17 en Santa Teresa. De estos datos se extrae, por tanto, que el colegio con más vacantes en Infantil de tres años es uno de extramuros, La Institución, que sólo ha recibido 20 solicitudes para las 50 plazas que oferta.

Los menores que no han sido incluidos en el listado de admitidos del colegio que sus padres eligieron para él como primera opción (esa lista se publicó el pasado 29 de abril) tendrán ahora que volver a presentar una nueva solicitud para optar a algunos de los puestos vacantes señalados. Ese documento lo deberán presentar, del 13 al 15 de mayo, en el centro donde entregaron la primera solicitud.

La Comisión o Subcomisión de Escolarización, en su caso, procederá a adjudicarle el puesto solicitado el día 23, mediante su publicación en el tablón. Y desde ese día hasta el 30 de mayo se producirá la adjudicación de plazas para los alumnos que aún no la hayan obtenido.

Ahora que estamos en tiempos de conmemoraciones y preparando el bicentenario del 1812, parece como si un grupo, esperemos que minoritario, de la sociedad gaditana quisiera colocarse en esa misma época (me refiero al primer cuarto del 1800) al menos mucho de sus planteamientos son así.

En el primer cuarto del siglo XIX dos ideologías luchan abiertamente por hacerse con el control intelectual de España: los defensores a ultranza de las antiguas estructuras y enemigos de todo lo nuevo y los innovadores, los modernistas.

Estos modernistas ya descubrieron (hace dos siglos) que el Estado, como responsable de la sociedad civil, debe planificar la enseñanza para que todo ciudadano la reciba, será el encargado de suministrar fondos y profesorado que impartan esos conocimientos.

Desde entonces ha llovido mucho y concretamente en Cádiz, también en lo que a enseñanza se refiere, no hay nada más mirar los nuevos colegios públicos, institutos de secundaria, nuestras facultades y sus instalaciones, el número de alumnado en las aulas, la dignificación de sus docentes.

En nuestras clases entran alumnos y alumnas a las mismas aulas, unos verdaderos privilegiados en relación a cuando yo, y la gente de mi edad, asistíamos al colegio o al instituto.

No obstante hay un grupo que aún no asume eso o prefiere "otro tipo" de enseñanza, "más selecta?", los invito a que pasen por nuestros colegios y que vean a los niños y niñas, cada uno vestido con libertad, con sus diferencias, y vean cómo se organizan los recursos para que cada alumnado se beneficie de los que necesita: los especialistas de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje para el alumnado de necesidades educativas especiales, la monitora que atiende también a este alumnado, el equipo de orientación, la atención lingüística al alumnado inmigrante, la cualificación de los especialistas de idiomas, música, educación física y educación infantil, la labor de los tutores y tutoras, cómo se lleva el Plan de Convivencia, cómo funcionan los centros TIC (tanto para el alumnado, como para el profesorado, la gestión telemática de nuestros centros y la comunicación entre los miembros de la comunidad educativa), el nivel de idiomas del alumnado bilingüe, el Plan de Fomento de la Lectura, los programas para conciliar la vida familiar y laboral de las familias: el aula matinal, comedor y actividades extraescolares y cómo están subvencionados para todo el alumnado, nuestros planes de igualdad entre hombres y mujeres, cómo todo el alumnado de primaria se beneficia del deporte en la escuela de forma gratuita, los planes de mejora de la calidad de la enseñanza y otros planes y proyectos de la Consejería de Educación y otras entidades de nuestra localidad, el trabajo y la coordinación con las familias y la colaboración indispensable de nuestras AMPAS, la labor del personal no docente y del de administración y servicios, y el despliegue de medios y recursos humanos y materiales. Sin olvidarme de la oferta de la enseñanza religiosa para aquellas familias que la demandan. De esta forma, entre todos, hacemos posible ofrecer a nuestro alumnado una educación integral y de calidad, que responde a las expectativas de las familias gaditanas.

Sí, yo defiendo la enseñanza pública y laica, pero no se asusten que ya hace más de cien años existió en Cádiz un Centro de la Institución Libre de Enseñanza, así que no se extrañen de que el siglo XXI una gran mayoría quiera esta educación como derecho universal para todos por igual y que hacen que los centros públicos tengan más demanda que oferta de plazas escolares.

Me alegra que ya no esté vigente el Real Decreto de 1.815, de Fernando VII que dio la exclusividad de la enseñanza a favor de los conventos y que tanto perjudicó a la enseñanza femenina.