La esquina

josé / aguilar

Esto va para largo

DETRÁS del endurecimiento de Ciudadanos subiendo el precio de su abstención, la discusión jurídica entre PSOE y Podemos sobre la posibilidad de retirar las cuentas de la Junta a los bancos que desahucien y la aparente inmovilidad del PP, lo que existe es una sospecha que tiene muchas papeletas para convertirse en certeza.

La sospecha: que nadie, salvo lógicamente Susana Díaz, tiene prisa por concluir la investidura y la formación de un nuevo gobierno andaluz, y que ninguna fuerza política, salvo lógicamente el PSOE, acepta resolver la crisis institucional que vive Andalucía afrontándola como un problema con autonomía y exigencia propias, independiente de otros intereses y servidumbres políticas.

La certeza que se va instalando: que, aunque en los próximos días se seguirá hablando y negociando (ayer mismo hubo un encuentro PSOE-PP), aquí no se va a mover un varal hasta que acabe la campaña del 24-M y se conozcan los resultados de las elecciones fijadas para ese día. Como hay margen hasta el 5 de julio para sortear la investidura sin desembocar en nuevas elecciones autonómicas, nadie, salvo Susana, se ve suficientemente urgido a hacer concesiones por pura responsabilidad.

Así pues, faltan un par de semanas para que cada agente involucrado en este lío de la investidura sepa en qué posición ha quedado en las elecciones municipales y autonómicas, con quién le conviene pactar para sacarle el máximo beneficio posible y qué cromos puede intercambiar (gobiernos de comunidades y ayuntamientos) para continuar en el poder, volver a tenerlo o acceder a él por vez primera en el caso de los emergentes Podemos y Ciudadanos.

Y esa pulsión de poder -sin la cual no se entiende de qué va eso de la política- determinará más que ninguna otra cosa el porvenir de la investidura en la Junta de Andalucía. Lo determinará, además, con toda crudeza y desparpajo. Lo que haya de hacer un partido u otro en el Parlamento andaluz dependerá de lo que suceda en las elecciones locales de Sevilla o Cádiz y en las elecciones locales-regionales en Madrid o la Comunidad Valenciana, por ejemplo. Con una consecuencia: las abstenciones y los pactos, las coaliciones y los acuerdos de gobernabilidad causarán inevitables tensiones dentro de cada partido. Todos los afectados, del partido que sean, contarán la feria según les vaya a ellos.

La feria de la investidura y del 24-M.

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