Parece que es nuestro sino. Pelear contra los elementos parece que es algo que se inventó en la provincia de Cádiz. Desde la adversidad, nos crecemos, pero casi siempre tarde y con mucho deterioro. Hemos generado, entre todos, un clima de convivencia institucional-político-administrativo irrespirable, ineficaz, cainita y bloqueador de cuantas iniciativas surgen de la necesidad de una sociedad y ciudadanía que no entiende cómo la política ha impregnado, desde la confrontación, todas y cada una de las reivindicaciones y necesidades de nuestra provincia.

Con la esperanzadora noticia de un principio de acuerdo en el Consorcio de las Aletas, diez años y una sentencia del Supremo después, nos enteramos de la noticia de la concesión de una zona franca a Sevilla.

Ahora viene la remontada épica, los lamentos de cómo no supimos verlo, de por qué no fuimos capaces de… Y lo peor, enfrentamiento entre territorios y ciudadanos que de tener éxito, sería la consecuencia más grave. Evitémoslo.

Los empresarios estamos acostumbrados a la competencia, no nos asusta. Pero en este caso, observamos deslealtad institucional y tenemos derecho a pensar que con la Zona Franca de Vigo o de Barcelona no se habría actuado de la misma manera.

Ya es tarde. Parece que la decisión es irreversible, y en el caso de la actividad económica y empleo, de crearse, será buena para todos.

Pero tenemos que sacar conclusiones. El acuerdo en Sevilla ha sido iniciativa del alcalde popular con apoyo de todo el pleno, también de los sindicatos, empresarios y de la Autoridad Portuaria de Sevilla, presidida por un socialista.

¿Alguien recuerda algo similar en nuestra provincia?

Las gestiones se han logrado concluir en dos años de mandato. Reitero la pregunta anterior. Pero aunque sea de penalti, en el último minuto, y dando en el palo, tenemos que lograr que el rebote entre hacia la red.

El corredor ferroviario que conecta Algeciras con la meseta, la conexión ferroviaria del Bajo de la Cabezuela, las Aletas, la liberación del peaje de la autopista, la Plataforma Logística del Sur de Europa, la integración y unidad de la provincia en tantos frentes, son tareas pendientes.

No creo en las maldiciones bíblicas, ni en las diferencias genéticas, no somos como dicen que somos. Hemos consentido que nos hagan parecer así. En nosotros está cambiarlo. Y en nuestra clase política. Sigamos dragando.