Crónica personal

Pilar / cernuda

El toro por los cuernos

LA expresión es muy española, como no podía ser menos. Coger el toro por los cuernos significa apostar por un acto de valentía, de coraje, dejarse de medias tintas. Que es lo que debería que hacer Rajoy ante el desafío de Artur Mas.

Su participación en Barcelona en el acto del PP fue impecable desde el punto de vista del mensaje, pero se quedó corto. Rajoy debe tener como prioridad la defensa de la legalidad y lo ha hecho ante la convocatoria de la consulta independentista, aunque podía haber ido más lejos e impedirla con la incautación de urnas y papeletas en su lugar de fabricación por ejemplo, como le aconsejaban algunos de sus colaboradores. No lo hizo para no echar más leña al fuego, y posiblemente hizo bien al apostar por la prudencia; pero ahora llega el momento de tomar decisiones políticas, y ahí es donde podía haber sido más valiente en su discurso.

Artur Mas ha puesto fecha a su declaración de independencia, 2016, y Rajoy debe anunciar de una vez qué respuesta va a dar a ese anuncio. Insistir en lo que lleva dos años diciendo no es suficiente, arremeter contra la irresponsabilidad -evidente- de Artur Mas y reiterar que jamás se va a celebrar un referéndum independentista sueña a déjà vu. Hay que ir más allá, porque mantenerse en la misma posición es una estrategia que se ha demostrado insuficiente. Aunque Rajoy esté cargado de razón, que lo está.

Lo primero que debería plantearse es si el PP catalán está en las mejores manos. Nadie escatima méritos a una Alicia Sánchez-Camacho con un aguante a prueba de bomba, pero no gana un solo voto. Es más, los pierde a chorros frente a posiciones más centradas como las que defiende Ciudadanos, que sube como la espuma. Pero el problema lo debe abordar sobre todo Rajoy, no solo como presidente de un PP que puede desaparecer del parlamento catalán sino que tiene que ofrecer propuestas que desalienten a los independentistas. Aparte de mantener, desde luego, su línea de defensa de la legalidad.

La reforma de la Constitución no asusta a Rajoy, y quizá debería empezar a dar vueltas a esa salida. Pactada con un Pedro Sánchez que tampoco ofrece más alternativas al independentismo catalán que una fórmula federalista, que es más que humo de pajas: la España autonómica se diferencia en poco, o nada, al Estado federal. Excepto en el nombre. Rajoy debe asumir que a él corresponde marcar el camino, no a un Artur Mas que prefiere el monte, el exabrupto, la amenaza, la irracionalidad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios