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La ciudad y los días

carlos / colón

Los tiempos cambian

CATARATA de opiniones y valoraciones tras la encuesta del CIS. Como si los avisos no sirvieran de nada, muchos medios siguen con su juego. Según los conservadores "el PP supera al PSOE por 3,6 puntos y a Podemos, por 5" o "el PP ganaría las elecciones por delante del PSOE y Podemos". Y según los progresistas, "el CIS sitúa a Podemos como tercera fuerza tras PP y PSOE" o "el CIS sitúa a Podemos en cabeza, pero su cocina le deja 5 puntos por debajo del PP".

Los medios conservadores hacen la vista gorda ante varias evidencias: el resultado de la encuesta supone una victoria de la izquierda en el caso de que sumaran sus votos PSOE (23,9%), Podemos (22,5%), lo que sobreviva de IU (4,8%) y algún partido nacionalista de izquierda como ERC (2,3%) en una actualización del Frente Popular. También ignoran las novedades históricas de que la intención de voto se reparta casi por igual entre tres partidos y que un partido con sólo ocho meses de vida se coloque junto a los dos grandes, incluso superándolos en intención directa de voto.

Los medios progresistas -que interpretan menos los datos porque les son más favorables que a los conservadores y ello les permite hacer menos encaje de bolillo- olvidan que Podemos sólo se sitúa en cabeza en intención directa de voto, que gana el PP y que la cocina de la encuesta no supone una manipulación.

De acertar esta encuesta estaríamos ante un fenómeno sin precedentes. El caso de UCD, por si a algún despistado se le ocurriera invocarlo, es distinto. Su éxito instantáneo -entre mayo y agosto de 1977 se formó como coalición de partidos, ganó las elecciones iniciando la Legislatura Constituyente y se convirtió en un partido político- se debe a las circunstancias excepcionales de la Transición.

Las circunstancias actuales son, si se quiere, anómalas a causa de la superposición de la crisis económica y los sacrificios que ha impuesto, el drama del paro y los escándalos de corrupción. Pero, por mucho que algunos se empeñen en deslegitimar al Gobierno o a los partidos políticos "tradicionales", poco tiene que ver con la salida de una dictadura. Lo preocupante es que de momento tanto los partidos como los medios alineados con ellos parecen no darse por enterados de que podemos estar entrando en un tiempo nuevo. Y ya saben lo que dice la canción: "es mejor que empecéis a nadar / u os hundiréis como una piedra / porque los tiempos están cambiando".

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