YA sabemos lo que se persigue verdaderamente el próximo 22 de marzo en Andalucía: conocer si PP y PSOE lograrán frenar el avance de Podemos. Lo leemos y no salimos de nuestro asombro. He logrado entender eso que llaman "el miedo del Dinero", lo que he puesto bajo la imagen del jilguero sobre una rama, del gorrioncillo que levanta el vuelo cuando te acercas. El Dinero. Todo cautela y temor. Ahora bien, ¿el miedo a que democráticamente un partido pueda ganar unas elecciones? Me cuesta trabajo entenderlo. Si un partido gana, sea Podemos o sea cualquiera, no hay otra razón sino que tuvo más votos que los demás. La democracia es una regla de juego, unas normas que hay que respetar. No esa cosa paleo española de como soy del campo, me zampo. El que gane lo primero que tiene que hacer, para empezar el gobierno al que ha sido llamado por los votos, es jurar o prometer que cumplirá y hará cumplir las leyes. Es que si no lo hace habrá traicionado a sus votantes, que han votado precisamente el cumplimiento de las leyes. Lo digo por los del imperativo legal y el porque no tengo más remedio si quiero gobernar. Pues naturalmente. Como por imperativo legal del contrato democrático de la ciudadanía ésta acepta el gobierno elegido, el partido al que no ha votado.

Parece de Perogrullo. Lo es. Perdonen. Pero uno lee que las elecciones andaluzas del 22 de marzo van a ser un test de lo que le llega a España y, francamente, se descorazona. ¿Acaso no se vota una gobernación para una región autónoma, una comunidad política? ¿Se vota aquí lo que vaya a pasar con Rajoy cuando toque? PSOE y PP, si realmente representan la centralidad política, como hasta ahora, pues no tendrán obstáculo alguno en frenar a Podemos y a su franquicia, si es cierto que Alberto Garzón está loco por la fusión y la constitución de la llamada Unidad Popular, o sea, la creación de un Espacio de la radicalidad política en España.

El test, todo test, consta de varios, muchos "items". O sea, lo que se lleva dicho y la letra pequeña del contrato, esa que casi nunca leemos pero con la que luego nos hacen pagar la cláusula suelo, o techo. Nos empapelan. Por eso unos ya van diciendo -¿por el miedo?- que en Andalucía se va hacia la Grosse Koalition, como si esto fuera Alemania. El espantajo parece beneficiar al partido al que temen, que dice: 'La Casta' se junta, es lo mismo. Nos gustaría oír hablar de proyectos, de promesas… Y nos hacen un test. No es justo.

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