El pinsapar

ENRIQUE / MONTIEL

De tapadillo

IMAGINA por un momento que el Jurado del Premio Libertad Cortes de Cádiz le hubiera otorgado a Hugo Chavez, a Título Póstumo, el premio iberoamericano emblemático de la ciudad que conmemoró 1812 dos siglos después. ¿Hubiera sido un regalo envenado de Teófila Martínez al actual gobierno municipal de Podemos e IU? Los fastos hubieran sido sonados, me malicio. Porque se habrían allegado a Cádiz las hijas del difunto presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el Embajador en Madrid, quién sabe si algunos ministros de Maduro, una comitiva en toda regla. Además de que habría querido estar presente Pablo Iglesias y, quién sabe, los alcaldes que se vienen reuniendo con este u otro motivo, digo Colau, Carmena, el de Zaragoza y el de Santiago de Compostela, etc. O sea, los alcaldes del cambio y de la gente, como les gusta definirse frente a los alcaldes de la casta, que ni son de la gente ni quieren cambiar nada. Al parecer. Pero eso no ocurrió. El fallo, como todo el mundo sabe, recayó en Leopoldo López Mendoza, María Corina Machado Parisca y Antonio Ledesma Díaz, opositores al chavismo. Demasiado. Los fastos se harían insoportables para la Hacienda gaditana por el gran esfuerzo económico de traerlos a Cádiz y hacerlo como se ha venido haciendo en los tiempos de Teófila Martínez, lo que nadie se cree pero qué les importa.

A otra cosa, pues. Unos cuantos periódicos y emisoras de radio y tv harán comentarios críticos, los articulistas de Diario de Cádiz ídem de lo mismo y pasados unos días nadie se acordará del indigno tapadillo montado para la ocasión, porque además es que organizaremos otra que sea sonada, llamaremos asesino y fascista a alguien que no lo fue en absoluto, por ejemplo; filtraremos alguna noticia sobre la Iglesia, la Semana Santa (¿Semana de Festividades?) o cosas así muy sensibles y habremos salido del engorro de tener en Cádiz al padre de Leopoldo López pidiendo la libertad para su hijo y los presos políticos del chavismo. Que son cientos.

Un regalo envenenado, qué duda cabe. Es posible que se tengan visiones diametralmente distintas de una realidad definida por la libertad o la ausencia de libertad. Es la ideología, estúpidos, diría alguien. Y otro alguien exclamaría: ¿libertad para qué? Finalmente se trata del poder y los disfraces del poder. Vale todo. Y por eso Leopoldo López lleva dos años en la cárcel. Pero Venezuela queda fatalmente muy lejos y es una anécdota el conjunto de sus desgracias. En Cádiz Kichi ya lo sabe, en poco tiempo ha aprendido muchísimo. Por eso ha ordenado que de tapadillo entreguen el Premio Libertad en Madrid. Y no pasa nada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios