Editorial

Lo sustancial de la conferencia

LA causa por la que la dirección socialista se comprometió en el Congreso Federal de febrero de 2012 a convocar una conferencia política fue la renovación de la estructuras del partido y de sus estrategias, también la de sus dirigentes. De lo ocurrido este fin de semana en Madrid lo sustancial son las elecciones primarias. De un lado, el PSOE ha vuelto a posponer la elección de su secretario general mediante una votación de todos los militantes, ya que ello entrañaría un cambio sustancial de la organización con repercusiones difíciles de calibrar. Sería, por ejemplo, un partido más caudillista, ya que el secretario general no tendría que apoyarse en casi ningún órgano de dirección, instituciones colegiadas que suelen fraguarse con el apoyo de distintas sensibilidades. Pero el PSOE sí ha dado un paso definitivo para la celebración de primarias abiertas para elegir a sus candidatos, primero a las generales, pero también a las autonómicas. Esto supone una profunda democratización del partido: no sólo votarán todos los militantes, sino también aquellos simpatizantes mayores de 16 años que se inscriban previamente en un listado. A partir de ahora, y en este sentido, es verdad, el PSOE será un partido distinto. Los partidos son unas de las instituciones sobre las que se asienta el sistema democrático, por lo que también están obligados a que la democracia permee en ellos. Otros países, desde Chile a Francia, han instaurado primarias abiertas para todos sus partidos, y es una obligación, no una opción voluntaria de cada uno de ellos. Sería bueno que, en España, este tipo de elecciones se fueran extendiendo a todos los partidos. La dirección del PSOE, además, ha aceptado que el porcentaje de avales necesario baje del 10% al 5%, y que los apoyos tengan un límite. Con estas condiciones, el PSOE andaluz hubiera vivido unas primarias distintas a las de este verano, cuando eligió a Susana Díaz como candidata a la Presidencia. Esto ha sido lo sustancial de la Conferencia. Lo demás, es decir, si el liderazgo de Rubalcaba sigue o no sigue en crisis o si la presidenta de la Junta va a afianzar su poder, es algo que se verá con el tiempo, porque este fin de semana no se han tomado decisiones internas sobre ello. Rubalcaba seguirá siendo el secretario general hasta el congreso de 2016. Será entonces cuando se decida su reelección y ello dependerá del éxito que el aspirante que haya salido de las primarias tenga en las generales que convoque Mariano Rajoy. La tendencia indica que, hasta ahora, el PSOE es un partido electoralmente atascado frente a un PP que, aunque erosionado por la gestión de la crisis, mantiene una ventaja estable. Las europeas de mayo serán la primera prueba real.

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