Publicaba este Diario el domingo, en su última página, una jugosa entrevista con un psiquiatra sevillano. Javier Criado, que así se llama, respondía con agudeza a este generalizado mal que de repente sufrimos los españoles una vez al año, después del verano, y que se ha dado en llamar síndrome posvacacional. Venía a decir el doctor que para sufrir de esta dolencia, si es que existe, hay que tener primero vacaciones; y que si de ellas se disfruta, es que el paciente tiene trabajo. Y si hay currelo, ¿de dónde vienen las quejas? Es para reflexionar. Como aquel entrenador del Real Madrid al que le preguntaron si sus jugadores llevaban bien la presión de ganar títulos. Y dijo que la presión era para el albañil que trabajaba sobre un andamio. Igual este dichoso síndrome. Da que pensar, y mal, una sociedad que se agobia porque tiene que volver a trabajar pero que no se escandaliza por las cifras del paro. ¿Dónde está el síndrome?
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