Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

El síndrome pakito

Con José María González de alcalde, la ciudad de Cádiz mantiene una sangría constante a razón casi de mil vecinos al año

Es mucho pedir que los integrantes de las agrupaciones estén de acuerdo con lo que cantan y sean consecuentes. Los autores, salvo excepciones, tampoco son un dechado de coherencia: suelen cantar aquello que piensan que les va a gustar al público (al jurado si concursan), cambian de opinión como el común de los mortales. Hay uno muy famoso que cantó contra el nuevo puente, luego le dio un programa en la tele Teófila y después se hizo de Podemos. Un autor de coros que fue acérrimo defensor del PSOE hasta que le dieron cuelo en Canal Sur, luego se hizo fanático pero del PP. Los hubo que cantaron a la dictadura y luego a la democracia. Hubo anarquistas que se hicieron franquistas, republicanos anticlericales que se acomodaron. Es normal que la gente cambie de opinión, ya que el mundo cambia también. Así que si no es justo pedir principios inalterables a los autores, tampoco se le puede pedir al alcalde, que era punta jurado en Los mendas leyendas cuando Bienvenido escribió aquello de "Si yo fuera el alcalde de Cádiz, ese alcalde que Cádiz no tiene" donde dice que volverían por el puente los que se han ido. Cuando se cambia de opinión, se explican los motivos y ya está. Otra cosa fue el momento de demagogia populista cuando Por Cádiz Sí Se Puede presentó hace seis años y medio el caso de Pakito, un integrante de su lista que debía abandonar la ciudad para buscar trabajo. Nunca más se supo de Pakito, si volvió, si encontró ese trabajo. Aquel momento de la campaña fue interesante porque demostraba que la demagogia sirve por igual a trotskistas y a conservadores. Pasados los años, con José María González siendo alcalde, la ciudad mantiene una sangría constante a razón casi de mil vecinos al año. No tendría tanta importancia ya que la densidad de población sigue siendo alta, pero resulta que se van los jóvenes (¡Pakito!). El futuro de Cádiz, ése es el drama. Por eso cierran colegios (menos los religiosos, sostenidos con fondos públicos). Cuando al alcalde le han preguntado por la pérdida de habitantes ha dicho que tiene que ver con el encarecimiento de la vivienda, que ellos iban a solucionar, conviene no olvidar, con dos millones según ese beneficiario de contratos municipales que es Fernando Visedo. Aparte de 15 o 20 viviendas públicas la única medida al respecto ha sido la moratoria para la viviendas con fines turísticos que, pronostico, no bajará los precios. El que viva lo verá. González habla de estos asuntos como si no fueran con él. Ojo al dato: como Cádiz baje de 100.000 habitantes perderá el tratamiento especial que obtuvo Teófila Martínez de Rodrigo Rato, tendríamos 40 millones menos al año y entonces será el llanto y el crujir de dientes.

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