Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Lo segundo más importante de la vida

Como era muy malo jugando al fútbol, no me quedó más remedio que organizar los partidos para poder jugar

Dijo Víctor Manuel: "si el paraíso existe es una pradera, 22 personas y un balón". No puedo estar más de acuerdo, el fútbol, por su sencillez, ha adquirido el título de deporte universal, un juego para todos. Cuando nació era un deporte de caballeros jugado por bestias, que dijo el Barón de Coubertain, para diferenciarlo del rugby de donde nació hace 150 años en la Freemason Tavern de Londres. El proletariado inglés lo adoptó como su diversión favorita y de allí pasó al resto del mundo. A mí me ha pasado que siempre he sido muy malo jugando al fútbol, así que no me quedó más remedio que meterme a organizar los partidos para poder jugar. Desde aquellos juegos infantiles donde era el último en salir elegido, me propuse ser yo quien se ocupase de la intendencia. Hace 50 años organicé mi primer equipo federado, todavía mantengo el contacto con varios de aquellos jugadores, cuando no había móviles, se jugaba en campos de tierra y los padres no te llevaban en coche ni te compraban la ropa. Hace 30 años empezamos a jugar todas las semanas en diferentes campos de la Bahía, césped sintético o hierba natural, desde Chiclana, Bahía Sur , Puerto Real o Jerez. Todavía nos juntamos todos los sábados por la mañana sin falta, haga calor o frío, llueva o haga viento, con pandemia o sin ella. Muchos se han dado de baja por lesiones, por compromisos familiares o por aburrimiento, pero seguimos en la brecha. Hace 20 años organicé el equipo de la Asociación de la Prensa, que todavía existe como Club Deportivo . Hace 15 años hicimos el primer viaje internacional para jugar en Tánger. Desde entonces hemos ido por toda España y a Tetuán, París, Londres, Liverpool, Manchester, Dublin, Estocolomo, Amsterdam, Méjico y Nueva York. El fútbol, dijo Eduardo Galeano, es lo más importante de las cosas poco importantes. Como el comienzo de American Beauty, el sábado es el mejor momento de la semana. Mi padre me decía hace 20 años "niño, tú ya no tienes edad para jugar", ahora los compañeros me llaman El Pureta. Como espectador mi primer recuerdo es sentado en las rodillas de mi padre, sería 1965 o así, en La Rosaleda, en la época de Ben Barek, Otiñano, Garay, Chuzo, Américo, Pepillo y Velázquez en el equipo malagueño. Mi padre me hizo abonado del Calderón en 1968, desde entonces he recorrido media España y media Europa tras las rayas rojiblancas con mi mujer y mi hija, hemos formado la Peña Virtual Gárate Kid con unos colegas: "en el trono de Neptuno no cabe ninguno que no sepa soñar", que cantan Leiva y Sabina. Ojalá se pudiera discutir de política como de fútbol, ya dijo Albert Camus "he aprendido más de moral en los campos de fútbol que con Marx o los Evangelios"

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