Nuestros líderes son más teatreros que Neymar cuando le toca el rival. Kichi estuvo mal al mandar a callar a la portavoz del PP, Carmen Sánchez: "Quédese calladita", le espetó. Pero también se disculpó dos veces. Y por lo visto, a los populares les habría gustado que se flagelara en público, como si hubiese mentado a su madre. Pero como no lo hizo, pidieron su cabeza, todos a una. Hasta Teófila saltó la valla del Muelle para censurarle: machista, le soltó. Es lo que tiene pasarte la vida dando lecciones desde un pedestal, pensaría Kichi, sin imaginar que volvería a tener que pedir perdón esta misma semana por dar la nota en público. Si lo de José María González en el pleno, hay que decirlo ya, no fue para tanto, tampoco lo de Teófila. Sólo afeó sus palabras al pertenecer, para más inri, a la corriente que se llena la boca con tanta igualdad e inclusión de postureo.

Los dardos de Juancho ni rozaron al alcalde. Pero el directo de Martínez a su mandíbula le pilló desprevenido, recordando sus estampas de capillita. A Kichi se le altera la sangre cuando huelen las naranjas anunciando la Semana de Pasión. Los días señalaítos le encanta rememorar sus días cofrades, por mucha fe que haya perdido. Y estaba tan abducido ante tantos altares para enmarcar -Cádiz tiene una Semana Santa que no se la cree ni ella- que cuando Teófila le interrumpió en su paseo triunfal bajo el incienso, saltó como un resorte: "Cobra 80.000 euros y usa su cargo sólo para atacarme", pataleó. El alcalde pidió penalti mirando a la grada con el rostro desencajado, pero su piscinazo no coló. Con el VAR se vio que Teófila apenas le rozó. Es más, Kichi pudo ignorarla o pudo tirar de ironía y decir que no responde los ecos del pasado. Pero optó por una salida de tono infantil y exagerada, como si siguiera tras la pancarta. Otra vez le acusó por aparecer en los papeles de Bárcenas (mucho tarda en ir al juez si lo tiene tan claro) y le reprochó la factura de las gambas y el amargo campari. Como si su equipo de gobierno se alimentara de algas salvajes y agua con gas cada vez que para a repostar. El alcalde puede llevar a la idea -tal vez equivocada- de que no está contento con lo que gana con sus ataques a la defensiva y su obsesión por el salario de otros. ¿O acaso hay que ser un tieso para criticarle? Que done parte de su sueldo no obliga al resto, incluido su núcleo duro, a imitarle. En absoluto.

Teófila no debería abandonar su papel institucional para meterse en el fango y solapar a sus compañeros. Y Kichi tendría que evitar el cuerpo a cuerpo, porque cada día resistirá la comparación con ella con más dificultad. El alcalde parece ideal para pasar un fin de semana con su trato en corto y su empatía fuera de serie. Teófila también se antoja imbatible de lunes a viernes con su eficacia probada y su tesón. Ambos son incomparables y harían bien en dejar lo superficial, para volcarse en lo suyo, que básicamente consiste en dar ejemplo y no hacer el ridículo. Máxime el alcalde, que tras ser apercibido por varias polémicas discutibles, ha sido pillado 'in fraganti' saltándose la normativa Covid a la torera este viernes. Ahora cree que lo arreglará pidiendo perdón otra vez y pagando la sanción con su "sueldo de profesor", como ha recalcado. Pero no es tan fácil. Kichi no gobierna contra Teófila, gobierna a favor de todos los gaditanos. Y la historia se encargará de juzgar a los dos en función de su legado, no del sueldo.

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