El resultado de las elecciones

Es un lastre para una mejor democracia la no existencia de una segunda vuelta en las elecciones

Se lamentaba ayer Piqué de que no se estaba respetando el resultado de las elecciones. No dudo de su buena fe, de que hayan sido dicha estas palabras de buena fe. El futbolista del Barcelona no ha ocultado su catalanismo y está acostumbrado a ganar, perder o empatar partidos, más a ganar, como es sabido. Por eso entiende lo que entiende y no se le ocurre pensar que quien ganó de verdad el partido fue Inés Arrimadas. Las diferencias entre un ex convergente y un republicano de izquierdas debe ser muy grande pero les une lo más importante, o lo único importante. Que sólo une a los catalanistas de amplio espectro: la independencia. Cueste lo que cueste. En Cádiz Teófila Martínez ganó ampliamente las elecciones municipales últimas, sólo que no por mayoría absoluta. El más votado de los que querían "echar" a Teófila, trasunto casi de los catalanes independentistas, se hizo con la vara de alcalde. Muchos en Cádiz no lo entendieron, que el programa mínimo fuera echar a Teófila de la Alcaldía. ¿Lo demás? Se ha visto todo este tiempo, se está viendo ahora. Y lo que veremos cuando se acerque el final de los cuatro años. Pasa aquí y allá, en todas partes, lo que ocurre es que a los catalanes les han puesto una lente y un altavoz, y tienen una matraca. Y más de uno no lo está haciendo bien. Es que lo de ahora mismo se podría haber evitado con una segunda vuelta. Arrimadas y Puigdemont, el primero y segundo partido más votado. Y que el pueblo decida. Realmente esto sería en teoría porque Puigdemont estaría previsiblemente en la cárcel, como los principales responsables de la comisión de gravísimos delitos, un golpe de Estado, vamos.

No sé lo que habría ocurrido en una segunda vuelta entre José María González y Teófila Martínez, pero parece evidente que la elección de uno de los dos sin hipotecas es mucho mejor que lo que viene ocurriendo, que partidos distintos, diferentes ideologías y programas se ajusten con calzador en un plan de gobierno que luego no lo es. Y no se hace nada, no se cambia la ley electoral, en el sentido de su ajuste numérico ni en las segundas vueltas. Es un lastre para una mejor democracia la no existencia de una segunda vuelta. Los grandes partidos están muy cómodos con sus bolsas de votos, las subvenciones por escaños y los pactos inexplicables. Hasta que llegan estas situaciones que hacen que Piqué se lamente, nada menos, de que no se respetan "los resultados" de las elecciones. Hoy no habrá presidente en Cataluña, es el resultado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios