Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Qué interesante análisis para los historiadores del futuro! Un insecto aletea en Hong Kong y desata una tormenta en Nueva York. Asia dispara su consumo de gas natural, el suministro noruego disminuye y en España sube astronómicamente la factura eléctrica. Aún hay más en este triste espectáculo: el gobierno de izquierdas acata sumiso la disciplina neoliberal de Europa -es lo que tiene pertenecer a un club- y la derecha neoliberal española reclama a voces -cosas de la lid política- que se intervenga. Bueno, dice un amigo mío que no es intervenir, sino regular. Vale, aceptamos pulpo como animal doméstico, no sea que le dé una embolia en su tumba al fantasma de Adam Smith. Lo cierto es que, entre tantas voces, esta servidora aún no ha oído ninguna propuesta que ofrezca soluciones reales y durables al problema, no solo en el corto plazo -por supuesto, atender a la pobreza energética de muchas familias y empresas-, sino en el largo plazo, que es, después de todo, aquel en el que las naciones se juegan su destino. Supongo que el tema es tan complejo y controvertido que nadie se atreve a 'pillarse los dedos' y a algunos, después de vociferar o poner excusas, solo les veo a lo suyo, que no es lo de todos, y aguardando a que el plato se quede vacío para rebañar algunos votos.

Ahora que tan cara vale, deberíamos precisamente encender la luz. Toda la que podamos, para vernos a nosotros mismos. En el pasado las izquierdas se desgañitaron contra las nucleares; en el presente, las derechas miran de reojo las energías renovables, que para muchos son solo cosa de unos 'hippies progres'. Se equivocan: también entre los 'progres' se critican los generadores eólicos que perturban la fauna y la invasión paisajística de las plantas solares. La energía hidroeléctrica acusa la clamorosa falta de lluvias que comporta el cambio climático y soporta aún el rencor de los pueblos sumergidos y el clamor contra la destrucción de los espacios naturales. Los combustibles fósiles -por lo demás, finitos- nos conducen directos al colapso planetario por las emisiones de CO2. Mientras, la investigación en energías alternativas -como la del hidrógeno verde- sigue, como toda investigación, sin fondos suficientes para avanzar. Pero todos, absolutamente todos, queremos volver a casa y poner el móvil a cargar y creemos, inocentemente, que todo lo eléctrico tiene, por principio, un origen menos nocivo y más ecológico.

¡Qué interesante análisis realizarán mis colegas historiadores del siglo XXII sobre estas contradicciones! ¡Qué desolados quedarán cuando comprueben que no hemos sabido hurgar en nuestras incoherencias y superarlas para consensuar soluciones de país! Pero ahora estamos en septiembre de 2021: en términos populares, the Winter is coming. Me temo que vamos a pagar muy, muy cara la luz, pero lo peor es que, aún encendiéndola, seguiremos a oscuras.

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