Desde Tribuna

José Joaquín / León /

Siete puntos con juego feo

EN los tres últimos partidos (Melilla y Linares fuera, y San Roque de Lepe en casa), el Cádiz ha conseguido siete puntos jugando mal (un Cádiz feo, como dice Claudio). Y marcando sólo tres goles (uno en cada partido), los tres obra de Álvaro García. Milagroso se puede considerar esto, teniendo en cuenta que el equipo parece ahora bastante desquiciado, como si estuviera acusando en demasía los problemas extradeportivos. En Linares se rentabilizó un gol solitario, ante un rival animoso. El mejor del Cádiz fue Aridane, que participó en la jugada del gol y sacó muchos balones aéreos. Fue un partido feo, incluso feísimo, un clásico de la Segunda B más repelente.

Volvió a salir el Cádiz con algunas novedades. La principal fue la presencia de Aridane como central, junto a Josete, y la de Pavez en el lateral izquierdo. Otra novedad era la presencia de Lolo Pla como titular en la mediapunta. El partido, en general, fue una sucesión de trotes sin mucho sentido futbolístico. El Linares llevaba la iniciativa y el Cádiz se limitaba a verlas venir. Marcaron al cuarto de hora, en una jugada de estrategia, curiosamente. Fue una falta lanzada por Abel, en la que tocaron el balón Josete, Aridane y Garrido antes de que Álvaro García lo empujara a la red.

Todo el peligro ofensivo generado por el Cádiz se limitó a esa jugada y a un disparo de Garrido, ya en el alargue del partido, que pudo ser el segundo. Tras el gol, dieron un pasito más hacia atrás. Y después del descanso, dos pasitos más hacia atrás, hasta que a partir del minuto 70, o por ahí, con el Linares cansado de correr para nada, se sacudieron el dominio y la tocaron dos o tres veces seguidas sin perderla. Cuando Abel Gómez aparece se nota, y cuando se despista también.

No se apreció una mejoría sensible en el Cádiz, a pesar de la victoria. Ayudó que el Linares se mostró bastante torpe en la estrategia. Además, con la presencia de Aridane se había ganado en envergadura atrás. Eso evitó que los rivales aprovecharan los saques de esquina y faltas que el Cádiz les estaba regalando con la generosidad de costumbre. Pavez tampoco dio sensaciones de firmeza en el lateral izquierdo. En los últimos minutos reapareció Andrés Sánchez. Entró por Güiza, con lo que está dicho todo.

Era un partido feo ante un rival que viene de Tercera. Es verdad que el Cádiz no le perdió la cara, y que luchó para asegurar la victoria mínima, pero la falta de argumentos futbolísticos que tiene es preocupante. Aunque Güiza aporta veteranía y saber estar, en estos momentos no tiene gol en la medida de un Jona, y tampoco hay relevos de garantías.

Ganar partidos feos como el de Linares es necesario para mantener las ilusiones. Pedir buen juego, por añadidura, sería demasiado optimista. Atrás está el Cádiz más o menos igual que el año pasado, y delante no está mejor, con lo que el resultado final es que se necesitan entradas y salidas en el mercado de invierno. Y no sólo para ser primeros de grupo, sino pensando en lo que vendría después. A estas alturas, está clarísimo que la plantilla es insuficiente para el ascenso.

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