ESTAMOS viviendo una Liga diferente a la temporada pasada. La escapada que protagonizaron Valladolid, Murcia y Almería no tiene visos de repetirse. El Málaga, que comenzó de una forma espectacular, se ha ido encontrando obstáculos que le han hecho bajarse de la nube. El Sporting está pagando la falta de experiencia de algunos yogurines y el Numancia posiblemente sea el que más equilibrio haya demostrado hasta ahora. Equipos que partían en una segunda línea están al acecho de los que ocupan posiciones de ascenso. Elche, Granada 74 y Hércules se están posicionando como alternativas y el Celta, seguramente el máximo aspirante al inicio y que regaló las primeras jornadas con Stoichkov de entrenador, desde que agarró la manija López Caro lleva diez jornadas sin perder, aunque con sólo cuatro victorias. El Cádiz, una vez resuelta la parte burocrática, mas allá de vencedores o vencidos en cuanto a la venta de las acciones, es indudable que la calma ha favorecido para el correcto funcionamiento deportivo. La confirmación en el cargo de Calderón ha permitido al técnico tener el respaldo necesario para imponer la autoridad en el vestuario. Decir autoridad no es necesariamente tener que sacar un látigo, es simplemente actuar con el rigor necesario cuando la ocasión lo requiere. Se ha recuperado a referentes de la plantilla que estaban en el ostracismo y a algunos lesionados que le han devuelto algunos valores algo olvidados. En esta Liga tan competitiva, donde ya se conoce el potencial de todos los rivales, conseguir sumar en un campo como el de la Real es un punto que vale. Por lo que se suma y por lo que se resta al rival.

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