La próxima batalla

Si los pequeños bares de barrio desaparecen, también se perderán muchos platos, sobre todo de cuchara

Las multinacionales de la alimentación han decidido entrar a fondo en un nuevo negocio, el de la comida preparada, y la idea es poner una especie de pequeños bares en el interior de los supermercados. Sitios para que los clientes puedan coger comida ya lista para comer de las estanterías, calentarla en un microondas y comérsela allí mismo acompañada con un bebida comprada en el mismo establecimiento...todo queda en casa. Es como si tuvieras a tu disposición un gran frigorífico y cogieras lo que quisieras para almorzar.

Me da la impresión que con esta apuesta de estos grandes grupos empresariales se avecina una nueva batalla que va a afectar mucho a los pequeños bares de barrio, sobre todo esos que se dedican al mediodía a ofrecer menús del día para personas que trabajan en la zona y también a otro emergente sector que es el de la comida casera preparada, ahora en expansión.

Creo que puede ocurrir lo mismo que pasó hace unos años con los pequeños ultramarinos, una figura ya prácticamente desaparecida.

No me opongo al progreso, ni tampoco a que las empresas busquen nuevos negocios, pero creo que hay dos cuestiones que hay que analizar en todo esto. Primero, que se producirá una pérdida importante de puestos de trabajo, el que sostienen este tipo de bares, que son muchos, y luego también se puede producir una nueva pérdida cultural, de las tantas que estamos padeciendo con la globalización.

Todos estos pequeños bares están sirviendo en la actualidad de refugio de una cocina de cuchara que, probablemente, si ellos desaparecen, también desaparecerá. En Andalucía, que es la zona que conozco, no sé si ocurrirá en otras zonas, hay un problema importante con la cocina tradicional (la de la cuchara, los potajes y esas cosas) y es que las nuevas generaciones no saben elaborar estos platos en sus casas, por lo que estas elaboraciones se hacen ya en bares y restaurantes. De hecho hay ahora un gran interés de los clientes por ellos, porque los echan de menos y los consumen casi como un lujo, cuando antes eran el día a día.

Si estos establecimientos desaparecen también se perderán muchos platos porque estas grandes empresas tenderán a reducir la oferta para que sea más barata.

Creo que debemos estar atentos a este nuevo movimiento y a las consecuencias que tendrá. Creo que no todo puede ser dinero. Antes de consumir, pensemos un poco en las consecuencias que tienen las cosas.

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