SI usted acostumbra a leer este periódico al final de la jornada, ya podrá estar enterado del resultado de la reunión que hoy, a las 16:30, celebran PSOE, C's y Podemos, para llegar a un acuerdo que evite la celebración de nuevas elecciones. Yo no conozco el resultado, pero es mi obligación formular un pronóstico, que lo resumo en que no queda otro remedio que celebrarlas, porque el acuerdo entre los tres es imposible, si es que a los líderes de esos partidos les queda un mínimo de coherencia.

Sabemos cuando escribo, que C's pone como condición para no levantarse de la mesa la exigencia a Podemos de que vote afirmativamente la investidura de Sánchez, lo que no parece fácil, porque implica además, para Podemos, renuncia a la autodeterminación, proclamada el mismo día de las elecciones; que asuma el compromiso de reducción del déficit y la estabilidad presupuestaria, sin subida de impuestos y mantenga los compromisos en materia de antiterrorismo. Según El País esto son para el C's, "principios irrenunciables", pero que a mí me parece que algunos son difíciles de asumir por el PSOE e imposibles, todos, de asumir por Podemos. El Mundo matiza que C's pretende que Podemos vote a favor de un gobierno PSOE-C's sin formar parte de él y que si Iglesias no accede, se levantará de la mesa. El secretario general de C's dice que su partido deberá entrar en el Gobierno, con lo que contradice lo declarado inicialmente por Rivera. Con estos condicionamientos, no creo que pueda haber acuerdo, salvo que todos se vuelvan dementes, lo que están a punto de conseguir con los que tenemos que leer sus contradictorias declaraciones.

Por si fuere poco, junto a la noticia de los papeles de Panamá, todos los medios de comunicación se hacen eco de las subvenciones de Venezuela a la Fundación CEPS, origen del partido Podemos. Su importe de varios millones de dólares, convertidos en euros al venir a España, con la autorización del gobierno venezolano, se concede con el principal objeto de impulsar cambios políticos en España, en el sentido de favorecer la izquierda anticapitalista y antieuropea y acercarla así al régimen bolivariano. La noticia está tan documentada, como la que hemos leído relativa a los papeles de Panamá, en la que están mencionados un millar de españoles, que de una forma u otra han acudido a ese país, al que Zapatero, sacó en 2011 de la lista de paraísos fiscales para propiciar la adjudicación de una obra a una empresa española.