Tribuna libre

Juan Antonio / Fierro Cubiella

La primera estampa folklórica gaditana

La desaparición en julio de 1596 de los archivos gaditanos como consecuencia de la toma, saqueo y quema de la ciudad por la armada anglo-holandesa al mando de Lord Howard y Robert Devereux II Conde de Essex, hace que podamos clasificar como de excepcionales los escasos documentos que conocemos anteriores a dicho hecho histórico. Es el caso de los que se incluyen en la enciclopedia Civitates Orbis Terrarum editada por Georg Braun y Frans Hogenberg que fueron publicados entre 1572 y 1597. Son preferentemente grabados y los correspondientes a la Península Ibérica fueron realizados por el pintor de miniaturas del emperador Rodolfo II, Georg Hoefnagel, quien viajó por Andalucía entre 1563 y 1567. Años después, en 1657, Johannes Janssonius adquirió parte de aquellas planchas y las publicó con el título de Theatrum Hispaniae Urbes.

Entre los grabados iluminados que incluye se encuentran los correspondientes a las ciudades de Sevilla y Cádiz fechados en 1564. La información que contienen son dignas de los más profundos comentarios e interpretaciones si la comparamos con sus urbanismos actuales. Pero si ya esto de por sí resulta llamativo, mayor interés ofrecen los aspectos populares, festivos y folklóricos, campos éstos cuyos datos raramente dejan rastros en los documentos escritos y, cuando se tratan, se justifican la mayoría de las veces con la coletilla "tradición oral o popular"; concepto a partir del cual se suele elaborar alguna que otra teoría.

No es el caso que nos ocupa, donde la intencionalidad del editor queda clara y sólo pretende que el lector conociera pueblos y ciudades a través de sus imágenes más representativas, sin que para ello tuviese que viajar. Objetivo que en el caso de Cádiz lo consigue y junto a una visión general de la ciudad, de sus pesquerías de las Almadrabas de Hércules y edificios nobles como su castillo, Iglesia Mayor (Catedral) o el nuevo frente defensivo, ofrece a su vez, extramuros donde hoy se encuentra Puerta de Tierra, lo que podemos considerar una representación popular de baile gaditano como seña que identifica la ciudad.

Ésta es un grupo compuesto por 11 personas de ambos sexos, donde llama la atención el esquema en corro, que poco tiene que ver con los que su estructura es en grupo. Su distribución es la siguiente:

a) 2 danzantes o bailaores, un hombre y una mujer que desarrollan bailes individuales.

b) 9 personas en torno a ellos donde se mezclan hombres (6), y mujeres (3) que podemos dividir a su vez en grupos:

- Palmeros: 4 personas (3 de ellos son hombres y el cuarto es una mujer) que acompañan con las manos dando palmas; y que por un grupo deben atenerse a algún tipo de ritmo coordinado o compás.

- Músicos: 4 , de éstos dos con tambores, uno con sonajero y otro una especie de platillos que parecen de madera.

- Cantante o cantaora: Una última mujer entre los músicos, no toca las palmas ni hace música, pero por su actitud parece que es la que lleva el ritmo, la que canta con las manos y brazos relajados.

Otros aspectos a valorar serían el vestuario utilizado o la ausencia de instrumentos de cuerda, hecho que bien puede estar motivado por el baile representado; por ejemplo, sería distinto en la actualidad una representación de una zambomba, un cante de fragua o un martinete. Instrumento que sí aparece en el grabado de Sevilla donde en su ángulo derecho se representan dos mujeres bailando en torno a un eje central mientras otra toca las palmas y se acompaña de un instrumento de cuerda y un tambor. ¿Podría alguien negar que estamos ante un antecedente de las sevillanas actuales, o en Cádiz de un "jaleo flamenco"?

Imágenes de una fecha tan temprana como es mediados del siglo XVI que, creemos, son exponentes excepcionales de un folklore autóctono que aún no ha tenido la impronta de los de los gitanos que, prácticamente, acaban de llegar a la Península Ibérica apenas un siglo atrás y no había tenido tiempo de extenderse por todo aquel territorio, ni tampoco de los cantes americanos, pero que ya muestran una estructura antigua que pervive aún en la actualidad.

Representación que nos recuerda las posteriores representaciones folklóricas costumbristas de finales del siglo XIX.

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