hoja de ruta

Ignacio Martínez

El preso más antiguo

ESCRIBÍA aquí en abril del año pasado que el preso más antiguo de España resultaba ser un andaluz de Granada. Miguel Montes Neiro, no tiene delitos de sangre, pero ha cometido muchos robos, alguno reciente con violencia, y hay varias versiones sobres sus múltiples fugas. Lo cierto es que el hombre se ha llevado en la cárcel 35 de sus 62 años. Y allí sigue, a pesar de un indulto parcial concedido por el Gobierno saliente antes de las fiestas de Navidad. Padece hepatitis y tuberculosis, y está en huelga de hambre para reclamar su libertad. También tiene dos hijas que le esperan, a las que conoce mayormente por sus visitas a la prisión de Albolote, y una hermana Encarnación que vale su peso en oro y pelea por su liberación.

El sábado vimos en Informe Semanal a Encarna, con el Granada Hoy del viernes 16 de diciembre abierto por la página 17, donde se informaba que la familia y su abogado confiaban en que el indulto gubernamental pondría fin a toda una vida en la cárcel, en donde entró por primera vez en prisión en 1976, por robar un cartón de tabaco. Pero Montes Neiro no salió de prisión el día 16, ni los siguientes. La fiscal jefe de Granada, Ana Tárrago, justifica que el informe de su departamento es desfavorable, porque la junta de tratamiento del centro penitenciario desaconseja su puesta en libertad.

Mientras veía el programa pensaba que este hombre puede ser realmente muy peligroso. Y su último robo, en Santa Fe en 2006, con amenaza de cortar un dedo al dueño de la casa no es nada edificante. De acuerdo. Pero la fiscal aduce que Montes tiene una conducta irregular. Y yo calificaría de irregular la de otros. Por ejemplo la de un alcalde de Marbella, de cuyo nombre no quiero acordarme, que le robó miles de millones de pesetas a la ciudad y le cayeron tres meses de prisión. O una familia de banqueros que tiene miles de millones de euros en Suiza y cuando se descubrió que no pagaba impuesto alguno, liquidó unos cientos millones por los últimos años y aquí no ha pasado nada.

La fiscal también dice que Montes no muestra arrepentimiento, pero lo oímos en el mismo programa de televisión pedir perdón. Este hombre tendrá mala cabeza, seguro; pero tampoco habrá tenido en su vida abogados de postín, de esos carísimos, que lo sacan a uno de todo. A veces, la defensa de un buen abogado puede resultar más rentable incluso que ser inocente. Ahora parece tener un letrado que se preocupa, Félix Martín, que explica que su cliente fue condenado a nueve años por un robo cometido en Ferrol, ¡mientras que él estaba detenido! Esto es como un cuento triste de Navidad. Aquello de que el que la hace la paga resulta que no era verdad. Al menos no en todos los casos.

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