Por montera

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El precio de una vida

CUÁNTO vale una vida? ¿Cómo se calcula su precio? Nacer es gratis -o no si es por inseminación- pero ¿cómo se calcula su valor? ¿Quizá cuando estás a punto de morir y hay que pagar por aquello que te haga sobrevivir? Un secuestrado podría llegar a creer que el precio de su vida es la cantidad que su gobierno ha pagado para ser liberado de las manos de un grupo de talibanes o piratas de mar que han amenazado con decapitarlo o meterle un disparo en la cara. ¿Un rescate, es lo que vale una vida? Cuantificar en euros tu vida parece vulgar pero si un puñado de billetes consiguen traerte a casa para que puedas volver a estar con tu familia, en tu ciudad y retomar el curso de las cosas cotidianas no debería tener precio. Por eso, muchas veces, decimos que no valoramos lo que tenemos hasta que nos falta.

Una vida puede pagarse con los 792 euros que cuesta, según los servicios de salud, una operación de amígdalas. O 1.603 euros para proceder a un parto natural. Gracias a una ecografía abdominal por la que pagas 63 euros puedes prevenir un acceso que se desate en una patología mortal. Más feas suenan las indemnizaciones por accidentes que ponen precios a las amputaciones de extremidades, la ceguera o si te quedas parapléjico, ya que puedes llegar a ser recompensado con 383.450,65 euros. Y así podríamos poner muchos ejemplos que nos llevarían a concluir que la vida vale lo que por ella se paga cuando estás a punto de perderla. Hubo un tiempo en que en varias comunidades, como Andalucía, Madrid o Extremadura entre otras, se empezó a informar a los pacientes para que supieran cuánto había costado a la Seguridad Social su intervención. Aquello de decirle a los españoles en qué se va el dinero de un centro hospitalario, al objeto de concienciarlos de dónde van nuestros impuestos no gustó inicialmente. Pero limitar a dar esa información frenó los paseos por urgencias que algunos tan ligeramente hacen.

Casi tres millones de euros ha sido lo que se ha invertido en salvar la vida de Teresa Romero. Una cantidad en la que no están incluidos los nuevos enseres que de su casa han sido tirados a la basura y que les serán repuestos, así como todos los nuevos artículos que tiraron de la peluquería a la que fue a depilarse la enfermera. Y qué son tres millones de euros a cambio de haber salvado la vida de Teresa, que ahora se ha convertido en una vacuna contra el ébola y por lo que ella ha ofrecido su sangre para curar a probables nuevos pacientes hasta quedarse seca. La cantidad no es nada despreciable, ya que para salvar su vida y la propagación del contagio no se ha escatimado en gasto alguno. Ni siquiera en buscar por todo el mundo aquella solución que le permita ahora poder comer caldito de su madre y empanada. Lo que tampoco tiene precio es la gratitud a todos los que han invertido lo necesario para que vuelvas a nacer.

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