Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

La política del taxista

Nadie se atreve a ir a Navantia San Fernando a decir allí lo de que no se vendan las corbetas a Arabia

Desde hace 35 años oigo eso que le gusta tanto a Rafael Garófano "cambiar el modelo productivo". No sé exactamente en qué consiste pero cuando alguien no tiene nada que decir sobre la crisis del sector naval repite la pamplina. Nadie da detalles: que si dedicar los astilleros a los desguaces, que si aumentar o reducir la carga militar, que España compre las corbetas de Arabia, que encargue no sé cuántos BAM, que se contraten más petroleros aunque se pierda dinero, que se hagan plataformas eólicas, dicho todo desde el salón de casa. Es lo que podríamos llamar la política del taxista: esto lo arreglo yo en 5 minutos. En un plis plas, Cádiz esencial: que haya carga de trabajo, que solo se construyan barcos para países que respeten los derechos humanos . Desde luego nadie se atreve a ir a Navantia de San Fernando a decir allí lo de que no se vendan las corbetas a Arabia, a riesgo de no salir vivo de la visita. Es más fácil ir a Lledoners a entrevistarse con el clérigo independentista que venir a la Bahía a explicar los grandes principios que alumbran la vida del dueño de la mansión de Galapagar. Alemania tiene un 3% de paro y se puede permitir renunciar a la venta de armas (por valor de 400 millones, la tercera economía del mundo en el total de exportaciones por valor de un billón de euros). En la provincia con un 25%-30% suena a frivolidad. Es lo que dijo el alcalde, muy comparsista pero muy certero: lo importante es que suenen los pitos de las ollas. Lo importante son los puestos de trabajo. Todos tenemos escrúpulos morales, todos rechazamos la actitud de la manorquía saudí, a todos se nos ocurren adjetivos contundentes. No hace falta estudiar Ciencias Políticas para pensar que lo que le han hecho a Kashogi es sanguinario y debe tener repercusión pero no está de más recordar el contrato de EEUU con Arabia para la venta de armas que comparado con las cinco corbetas, es una broma. No vi a ninguno de los que ahora se rasgan las vestiduras e impostan su indignación decir nada cuando en San Fernando se construyeron las patrulleras para Venezuela, que tampoco es un ejemplo en el respeto a los derechos humanos. Todos los que se escandalizan ahora callaron entonces y allí acaban de matar a un opositor por el procedimiento de arrojarlo por la ventana, como hizo el franquismo con Julián Grimau. Es más que probable que a todos los gobernantes les gustaría tirar los pies por alto pero al final, como dijo Lord Parlmeston, España no tiene ideología, tiene intereses.

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