La próxima construcción de dos aparcamientos subterráneos entre la zona de Canalejas y la plaza de la Hispanidad amenaza con provocar más de un quebradero de cabeza a los responsables de activar un plan de tráfico coherente con el que minimizar los lógicos efectos negativos que conllevan obras de esta características. El que de momento ha presentado el Ayuntamiento es un plan que, a priori, adolece de un mejor trato al transporte colectivo urbano e, incluso, al vehículo privado, al presentar medidas demasiado drásticas. Se debe hacer lo posible, por ejemplo, para permitir que el autobús llegue hasta la plaza de España a través del muelle, aunque sea en los tramos horarios en que es más utilizado. Igual que debe estudiarse suspender los aparcamientos en la avenida Ramón de Carranza y permitir, aunque sea también en determinadas horas, la circulación en ambos sentidos de los vehículos privados.