el agregao de la Ucci

Bernardo / Del Madroño

Las plagas

DICE la Biblia que Egipto sufrió 10 plagas antes de liberar a Israel. En el caso de El Puerto, la maldición no ha llegado a la decena pero ya va por la mitad. Y aún quedan dos días de Feria. Para empezar, la crisis hace que el portuense esté más tieso que el mástil de la fachada de la caseta del Club Náutico. La ración de jamón se ha convertido en un rara avis que cuando un camarero la sirve le hace una foto para presumir luego entre sus colegas de profesión. De hecho, en el reservado de la Caseta Municipal ya no ponen ni una mísera muestra de jabugo sino tacos de la pata de oferta del Mercadona. Relacionada con la crisis, la segunda plaga es la ausencia de portada. No es que la que había, según me cuentan, destacara por su valor monumental pero tenía su utilidad. Ya la gente no se ve en la Feria porque no saben donde quedar. "¿Nos vemos en la fuente? ¿En qué fuente?. Pues en la fuente de la Feria. Ah, que hay una fuente en la Feria". Y al final de esta conversación de besugos se por verse, si se tercia. La tercera plaga es la huelga de autobuses urbanos. Ya se sabe la alternativa: o coger el coche y jugársela circulando por pequeños caminos para evitar el control policial o optar por el taxi. Aunque siempre nos quedará ese milenario sistema de "mueve tus pies que el cuerpo te seguirá". La cuarta plaga ha sido la ausencia de la entidad a la que se le dedica la Feria. Vamos, es que no ha venido ni por equivocación. Pero en el Ayuntamiento no rechistan por el miedo a que te muevan del asiento. La jefa de la UCCI es Ana Botella y no vaya a ser que se entere y le diga a su marido que le diga a Rajoy que le tire de las orejas al alcalde (con lo nervioso que se pone cuando hay movimiento en la 'gaviota party'). Y, ayer, venida del cielo, apareció la quinta plaga. Ya llevaba días amenazando pero ayer lanzó toda su maldad. La lluvia hizo que pasear a las cuatro de la tarde por la Feria fuera más triste que el principio de la película Bambi. Pero lo peor es que aún quedan dos días de Feria Yo, por si acaso, cada vez que vienen a venderme una rosa o un clavel lo compro sin rechistar, y doy hasta propina, no vayan a echarme un mal de ojo.

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