La esquina

josé / aguilar

La pinza es un invento

LOS dos partidos mayoritarios en Andalucía, que de momento lo son también en España, coinciden en una especie de manía persecutoria que viene muy bien a su estrategia de poder: la invención de la pinza. Obviamente, cada uno denuncia la pinza que le perjudicaría... si de verdad funcionase.

El PSOE, que olvida con suma facilidad que está gobernando la Junta de Andalucía en minoría, trata de explicar sus dificultades echando mano de la alianza antinatural que Partido Popular y Podemos habrían configurado para hacerle la vida imposible. Los socialistas tratan de repetir su éxito propagandístico y político de 1996, cuando convencieron a los andaluces de que PP e IU (Arenas y Rejón) habían pactado maniatar al Gobierno minoritario de Chaves durante los dos años anteriores.

Pero, amiguitos, es que esa pinza de la derecha conservadora y la izquierda comunista existió, y es cierto que se buscó expresamente gobernar desde el Parlamento, donde populares e izquierdistas pactaban cosas relevantes sin pausa y sin sonrojo. En cambio la actual pinza PP-Podemos de la que habla el PSOE andaluz no existe. Es un invento con el que persigue autoexculparse de sus fallos de gestión y atribuir falta de escrúpulos y ciega ambición a sus adversarios. Hay pruebas: hasta ahora PP y Podemos han votado juntos en los plenos del Parlamento andaluz el 43% de las veces, mientras que PSOE y Podemos lo han hecho el 81% y PSOE y Ciudadanos el 78%. En las comisiones parlamentarias ocurre algo parecido. No hay, pues, datos objetivos para hablar de una pinza derecha-izquierda que sabotee al Gobierno de Susana Díaz.

¿Y el pacto que según el PP han sellado PSOE y Ciudadanos para arrinconar a los populares? Bueno, el pacto es real, está firmado y se hizo para que C's votase, a la tercera, la investidura de Susana. Pero se circunscribe a cláusulas concretas y no implica que los de Juan Marín se hayan convertido en dóciles sirvientes del PSOE, como denuncia el PP andaluz. Cierto es que han dado luz verde a los presupuestos de 2016 -la palanca más importante en manos de la Junta- y que coinciden más con PSOE y Podemos que con el PP en todos los parlamentos autonómicos en los que tienen una presencia decisiva. Pero esta predilección por los socialistas no es tan fuerte como para alterar su estrategia: votarán siempre lo que más les convenga a ellos en su aspiración de gobernar. Nada nuevo, pues.

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