Jesús Romero / Montalbán

Una perla para tu corona

Previamente a la lectura de este texto, una transcripción de un documento del siglo XVI que se conserva en el archivo de la Iglesia Mayor Parroquial de San Juan Bautista, quisiera apuntar, que en los citados archivos, son varios los legajos donde se menciona de manera expresa a nuestra patrona a lo largo del siglo XVI, pero creo que por ser éste el de mayor importancia en su contenido, entiendo que debe ser el primero que debo exponer en estas páginas.

Dicen los expertos que la bendita imagen de Nuestra Señora de Los Remedios es de origen medieval. Eso es totalmente cierto, ella fue durante algunos siglos la advocación mariana tomada por la primitiva cofradía de San Martín como su patrona. Esta cofradía fue fundada en nuestra entonces "aldea-villa" a finales del siglo XIV o principios del XV, los primeros datos de los que tenemos constancia son del archivo catedralicio de la catedral de Cádiz donde se menciona a San Martín por primera vez en el año de 1430, por lo que se deduce que la constitución de la cofradía, así como la construcción de su primera iglesia, tuvo que ser antes de esta fecha. En el año de 1577 con la llegada de los frailes agustinos, estos hicieron de nuevo la iglesia.

La fundación en Chiclana de esta cofradía sigue todos los parámetros establecidos por historiadores e investigadores de esta materia. Las hermandades en la Edad Media nacen con un carácter asistencial, hospitalario y con fines piadosos de atención a pobres, mendigos, etc. Estas corporaciones utilizaban títulos de santos protectores, "San Martín", igualmente tienen a María como patrona, "Virgen de Los Remedios". En esta misma época y con el fin principal de dar cristiana sepultura a los difuntos, se fundan "Los Hermanos de Santa María y Las Hermanas de Santa María", que en Chiclana se constituyen en tres hermandades unidas y, más adelante, de esta unión surge una cuarta que con el tiempo sería la hermandad de Nuestra Señora del Rosario.

Es en la segunda mitad del Medievo, cuando surge la devoción a la "Verdadera Cruz de Cristo", que posteriormente será el germen tras el Concilio de Trento de las hermandades penitenciales, en los libros de capellanías de los archivos de San Juan Bautista se menciona varias veces el año de 1556 como fecha de inicio de la construcción de la ermita de La Vera Cruz y casa del santero, como podemos comprobar posterior a la fundación de San Martín y Nuestra Señora de Los Remedios.

Con la llegada del Barroco, nacen las hermandades dedicadas a Jesús con la cruz a cuestas y distintos momentos de la pasión, es el auge de los grandes escultores, Gregorio Fernández, Martínez Montañés, etc.

Pero volviendo a nuestra desaparecida cofradía del Señor San Martín y Nuestra Señora de Los Remedios, motivo de este artículo, sobre la fecha aproximada de su fundación, hay que tener en cuenta que era en aquel tiempo nuestro término tierra de frontera con el reino nazarí de Granada, aunque ya formase parte del entonces restaurado Obispado de Cádiz desde el año de 1267, y más tarde desde el año de 1303 entregado al señorío de los que posteriormente serían Duques de Medina Sidonia. Debido a esas circunstancias de frontera, la población de Chiclana no sería estable hasta pasados cincuenta o más años y por tanto sería muy difícil construir iglesia o ermita en aquellas fechas, así que es lógico situar la fundación de la cofradía de San Martín a finales del siglo XIV o principios del XV.

También el presbítero y para mi primer cronista de nuestro pueblo, José Bisso y Torres, en su narración de la historia de la cofradía citada, nos dice que su fundación fue en Chiclana en el año de 1512, junto al castillo de Liro en el Barrio Nuevo en una casa de pobres y mendigos, tomando como referencia el segundo libro de cabildos de la dicha hermandad, porque el primero no le aparece. Él mismo se contradice y da una fecha errónea, puesto que para su afirmación se basa en ese segundo libro sin tener en cuenta que hubo un primer libro que estaba desaparecido. Dicho sacerdote y cronista tuvo la fortuna durante parte del siglo XVIII de tener entre sus manos libros antiguos de distintas hermandades y órdenes terceras (que actualmente están perdidos), pero advierte y dice en sus escritos que dichos documentos estaban en pésimo estado. Más adelante es otro sacerdote, Luis de Pina, quien siendo capellán del hospital del Niño Jesús (donde estaban los documentos), observando el estado lamentable de los mismos y antes de que pudieran desaparecer, decide copiar algunas páginas importantes de éstos y lo hace ante un escribano público para rigor y veracidad. Esto lo realiza el 31 de agosto de 1778, siendo este documento el que seguidamente se transcribe: "En la villa de Chiclana, a Domingo diez días del mes de diciembre de mil quinientos cuarenta y dos años.

En este dicho día, estando Juan Gil y Pedro Gil y Ambrosio García y Antón Martín Ballesteros y Diego Real, diputados y prioste de las tres cofradías unidas de la dicha villa, en la iglesia de San Martín en su cabildo, según lo hacen y tienen de costumbre, hablando acerca de la paz y utilidad de las dichas cofradías. Acordaron que por cuanto algunas personas se han movido a pedir para la imagen de Nuestra Señora de Los Remedios, que está dentro de la dicha iglesia de San Martín, las cuales dichas personas quieren edificar y aumentar de nuevo en la dicha iglesia. Y porque es justo que ninguna persona se entremeta en la dicha iglesia a lo susodicho, teniendo ella como tiene su hermandad en pie y diputados y prioste para ello, que no estorbando la buena obra, que no se haga, que ninguna persona pueda hacer obra ni edificar cosa alguna en dicha iglesia, ni imagen susodicha. Sin primero consultarlo con los diputados y priostes que fuesen de las dichas tres cofradías unidas.

Y mandamos a dicho prioste que ahora es, que no permita que nadie se entrometa en lo susodicho, sin hacer lo que mandado tienen. Lo cual mandaron que se notifique a Diego Fernández y Antón Vega, devotos de la dicha imagen de Nuestra Señora de Los Remedios.

Lo que mandaron que así se cumpla y haga. Testigos: Mateo Sánchez y Andrés de Alba, vecinos de la dicha villa, igualmente, Juan Gil, Ambrosio García, Pedro Gil, Antón Martín Ballesteros y Alonso de Guadalcanal, notario apostólico".

Así pues, con esta transcripción vemos que la devoción a nuestra patrona es antiquísima, con momentos mejores y peores como ocurre con otras instituciones, por ello entiendo que este documento debe ser una pequeña perla, para que junto a otros hechos culminen con su coronación canónica.

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